jueves, 1 de octubre de 2020

Rifkin's Festival - Woody Allen




Título original: Rifkin's Festival
Año: 2020
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos

Dirección: Woody Allen
Guion: Woody Allen
Música: Stephane Wrembel
Fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Elena Anaya, Louis Garrel, Gina Gershon, Sergi López, Wallace Shawn, Christoph Waltz, Steve Guttenberg, Damian Chapa, Georgina Amorós, Douglas McGrath, Bobby Slayton, Yan Tual, Andrea Trepat, Ben Temple, Luz Cipriota, Karina Kolokolchykova, Elena Sanz, Manu Fullola, Ken Appledorn, Rick Zingale, Godeliv Van den Brandt, Natalia Dicenta, Stephanie Figueira, Nick Devlin, Yuri D. Brown, John Sehil
Productora: Coproducción Estados Unidos-España-Italia; Gravier Productions, Mediapro, Wildside

Una pareja de mediana edad se traslada al Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde ella representa a una de las estrellas a concurso. Mientras ella acompaña a su representado, disfruta de la ciudad, y del flirteo con el joven, su marido enfrentará sus celos, sus miedos, y conocerá a una joven que le abrirá un nuevo abanico de dudas e ilusiones. 

Woody Allen traslada su mirada a la ciudad de San Sebastián para, mezclando su belleza con el evento cinematográfico más importante del lugar, enmarcar una comedia de enredo que analiza las relaciones tamizándolas con reflexiones sobre el propio cine. 

La película nos regala hermosos parajes, pero sin lograr captar la excelsa hermosura de muchos de ellos, y tiñendo otros de una fotografía que desnaturaliza las localizaciones dando un insatisfactorio toque de irrealidad. Igualmente, pese a apoyar parte de su argumento en el entorno del Festival, no aprovecha en absoluto las posibilidades de dicho marco, quedando como algo puramente anecdótico.


En cuanto a su relato sobre las humanas y románticas relaciones, la escasa verosimilitud de las mismas y su tratamiento, hace que no nos impliquemos en la historia. Sin embargo, sus paréntesis reflexivos, que se apoyan en míticas escenas de la historia del cine europeo, pintadas en blanco y negro, sí que resultan acertadas, transportándonos a otra realidad deliciosa para los amantes del celuloide. 

Las interpretaciones de su elenco tampoco nos resultan memorables, resultando salvable, quizás, la realizada por Elena Anaya. Incluso, observando el personaje masculino principal, su forma de ser y de pensar, nos hubiera resultado más honesto, simpático y verosímil que hubiera sido encarnado por el propio Allen.

Con todo ello estamos ante una cinta que lo tenía todo para despertar nuestro gusto, pero que finalmente ha llamado a nuestra decepción por lo desaprovechado de demasiados de sus recursos. Entretiene y se consume con facilidad, con la misma que se olvida. 



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