Título original: Fear Street Part Three: 1666
Año: 2021
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Leigh Janiak
Guion: Phil Graziadei, Leigh Janiak, Kate Trefry. Libro: R.L. Stine
Música: Marco Beltrami, Anna Drubich
Fotografía: Caleb Heymann
Reparto: Kiana Madeira, Ashley Zukerman, Gillian Jacobs, Olivia Welch, Elizabeth Scopel, Benjamin Flores Jr., Darrell Britt-Gibson, Sadie Sink, Emily Rudd, McCabe Slye, Julia Rehwald, Fred Hechinger, Jordana Spiro, Jordyn DiNatale, Charlene Amoia, Randy Havens, Matthew Zuk, Jeremy Ford
Productora: Chernin Entertainment. Distribuidora: Netflix
La trilogía de Leigh Janiak llega a su desenlace llevándonos en un viaje en el tiempo hasta el origen de la maldición que persigue a los habitantes del lugar desde hace siglos. Para ello nos retrotraerá a 1666, donde conoceremos la verdadera historia de cómo una caza de brujas y la presencia de un mal ancestral desató todas las desgracias venideras. El conocimiento del ayer puede ser el arma definitiva para poner punto y final a la interminable cadena de muerte y destrucción en el presente.
El viaje al pasado que despliega en la primera mitad del film está rodado con elegancia formal y con un ritmo (no apto para todos los gustos) adaptado a su narrativa, donde el mal late con amenazante calma no sólo en las sombras que proyectan los inhóspitos bosques, sino en la negrura más impenetrable del más terrorífico de los villanos, el ser humano conocido, el más cercano y aparentemente inofensivo.
Un correcto trabajo de su plantel de jóvenes intérpretes, una cámara que no teme mirar fijamente al horror sangriento y un pulso en el relato que se siente consciente de su propio formato de puro entretenimiento sin pretensiones homenajeando todos y cada uno de los aspectos del género del horror, hacen que la fórmula funcione.
Nada nuevo ni sorprendente trae esta cinta que se erige, a mi gusto, como la más redonda de la trilogía, pero me resulta innegable admitir que termino el viaje satisfecho por el buen rato invertido en este paseo por las tinieblas. No son grandes películas, ni pasarán al cinéfilo recuerdo, pero son una más que digna diversión para los amantes del género.