Año: 2020
Duración: 101 min.
País: Reino Unido
Dirección: Aneil Karia
Guion: Rupert Jones, Rita Kalnejais
Música: Tujiko Noriko
Fotografía: Stuart Bentley
Reparto: Ben Whishaw, Ryan McKen, Jasmine Jobson, Ellie Haddington, Ian Gelder, Laurence Spellman, Laraine Dix, Jack Pierce, Abdul Hakim Joy, Ray Calleja, Paul Blackwell, Muna Otaru, Henny Hardy, ver 11 más
Productora: Rooks Nest
Joseph es un joven tranquilo, tímido y solitario que vive su rutina sin apenas contacto social más allá de la puntual con sus padres con quienes la relación es tirante y tensa. Sólo en su entorno laboral, en los controles de seguridad del aeropuerto, tendrá interacción con los viajeros, y encontrará algún rostro amigo entre los compañeros. Su hermética burbuja no tarda en eclosionar al comenzar a encadenarse una serie de acontecimientos que harán que su calma y silencio se rasguen y comience una catártica aventura sin límite.
Aneil Karia, curtido en la dirección de cortometrajes y series, es el responsable de esta contundente y frenética película, un puñetazo al estómago del espectador que le dejará sin aire del principio al fin de su metraje.
Sin duda alguna, es en la labor de su intérprete protagonista, Ben Whishaw (Little Joe, London Spy, A Very English Scandal...etc) donde recae el mayor peso del film, y el resultado del trabajo de este impecable actor no puede ser más contundente. Pese a ser parco en diálogos, en su papel despliega todo un rango de emociones de máxima intensidad, y a través de su labor física y expresiva, consigue contagiar y transmitir todo su proceso de viaje de ida y retorno a los infiernos, regalándonos una suerte de Joker británico con carácter más que propio que impacta y se queda en la memoria.
El film adopta una perspectiva visual subjetiva, haciéndonos vivir el proceso narrativo desde la mirada de su protagonista, bajo su piel. Para ello, la cámara será parte de él y su movimiento latirá al ritmo de su desenfreno. Por ello, pese a resultar, a tramos, agotadora, es necesaria como catalizador de la tensión y descontrol liberados.
En conclusión, estamos ante una película hecha de emociones y sensaciones, una explosión de cotidiana adrenalina que deja sin aliento y captura la emoción, la atención y el ánimo con su buen hacer.
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