La Calle del Terror, Parte 1 : 1994 - Leigh Janiak

Título original: Fear Street Part One: 1994

Año: 2021
Duración: 107 min.
País: Estados Unidos

Dirección: Leigh Janiak
Guion: Phil Graziadei, Leigh Janiak. Libro: R.L. Stine
Música: Marco Beltrami, Anna Drubich
Fotografía: Caleb Heymann
Reparto: Kiana Madeira, Olivia Welch, Benjamin Flores Jr., Julia Rehwald, Fred Hechinger, Ashley Zukerman, Maya Hawke, Darrell Britt-Gibson, Jordana Spiro, Jordyn DiNatale, Jeremy Ford
Productora: Chernin Entertainment. Distribuidora: Chernin Entertainment, Netflix

Corre el año 1994, y en una pequeña ciudad vuelve a producirse una masacre que siembra el terror. Todos tratan de olvidar y avanzar, pero un grupo de adolescentes tratarán de esclarecer qué se oculta tras la oscura fuerza que, una y otra vez, sale de las sombras para sembrar la muerte desde tiempos ancestrales. Comenzará así para ellos una carrera por la supervivencia en una noche de auténtica pesadilla. 

Leigh Janiak adapta la obra de R.L Stine en una trilogía que nos acerca al horror en tres épocas diferentes, llevándonos esta primera entrega al recuerdo de la década de los noventa, a su forma de hacer cine y su forma de contar historias. 

Este slasher se caracteriza por un estupendo tratamiento de la imagen, donde el uso del color es crucial para dar vida a sus atmósferas. Su apuesta visual, pese a su tono claramente "teen", no escatima sangre y gore en la presentación de los asesinatos, un agradable contraste muy apreciado por los que amamos el género. Una narrativa ágil con un buen ritmo logra entretenernos y mantenernos atentos a una historia, que si bien no esconde nada nuevo, es más que agradable para pasar el rato. 

Atendiendo a sus puntos flacos, encontramos una galería de personajes principales sin mucha fuerza ni carisma, así como hallamos muy mejorable el área de los diálogos en su guión, que se sienten un tanto torpes y desnaturalizados.

Con sus luces y sus sombras, esta cinta cargada de nostalgia de otros tiempos, llena de guiños y homenajes, pero sin excesivo carácter propio, es un agradable viaje para, sin pedirle demasiado, dejarnos llevar en un túnel del tiempo y disfrutar de un baño de sangre, sobresaltos y risas sin complicaciones.