La Guerra del Mañana - Chris McKay

Título original: The Tomorrow War

Año: 2021

Duración: 140 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Chris McKay

Guion: Zach Dean

Música: Lorne Balfe

Fotografía: Larry Fong

Reparto: Chris Pratt, Yvonne Strahovski, J.K. Simmons, Betty Gilpin, Ryan Kiera Armstrong, Sam Richardson, Keith Powers, Jasmine Mathews, Mary Lynn Rajskub, Edwin Hodge, Seychelle Gabriel, Felisha Terrell, Stacy Johnson, Mike Mitchell, Eric Graise, Melissa Saint-Amand, Kiley Casciano, Gary Weeks

Productora: Skydance Productions, Lit Entertainment Group, Phantom Four Films. Distribuidora: Amazon Prime Video

La apertura de un portal temporal y la llegada de unos viajeros que llegan del 2051, hará que se detenga el mundo y su normalidad. Anunciarán cómo, en el futuro, una raza alienígena está llevando a la humanidad al borde de la extinción, y que es imprescindible enviar guerreros del presente a esa desesperada batalla para luchar por la victoria en la guerra venidera. 

Chris McKay dirige esta cinta de acción, fantasía y aventura, una superproducción vistosa y excesiva digna del más grande cubo de palomitas disponible. 

A favor de "La Guerra del Mañana" apuntaremos un notable apartado visual. Desde el diseño de las criaturas hasta las barrocas escenas de acción y batalla, cuida su puesta en escena para alcanzar el máximo de espectacularidad para nuestras retinas. Por otro lado, su ritmo, pese a lo innecesariamente alargado del metraje, logra mantener el interés y el entretenimiento, así como la labor de sus intérpretes principales resulta salvable pese a lo escasamente carismático de los personajes a los que han de encarnar. 

En contra de "La Guerra del Mañana" pesa un trabajo de guión muy poco detallado, con una serie de huecos aún mayores que el agujero de gusano por el que viajan sus protagonistas. Elementos importantes sin explicación alguna, incongruencias y paradojas por doquier, diálogos pobres y desnaturalizados y unos toques de humor que no consiguen despertar siquiera la sonrisa, son su talón de Aquiles. 

Con sus luces y sus sombras, el film se erige como un producto al que aproximarse con unas expectativas claras, disfrutar de la locura y espectáculo que propone sin pararse a pensar sobre ello ni analizarlo. Cine de palomitas, neuronas en pausa y frenético disfrute visual más allá de la imaginación.