Valoración: 7/10
El prolífico y aclamado director Ken Loach (“En un mundo
libre”, “El viento que agita la cebada”, “Mi nombre es Joe”, etc) firma una
comedia agridulce sobre la redención donde mezcla sonrisas con ácida crítica
social. Esta película le ha reportado diversos éxitos, entre ellos el premio
especial del jurado en el Festival de Cannes y el premio del público a la mejor
película europea en el Festival Internacional de San Sebastián.
El film nos narra cómo un peculiar grupo de jóvenes de
Glasgow es condenado a realizar trabajos sociales como sentencia a los
distintos delitos cometidos por todos ellos. El responsable del grupo y su
labor, Harry, establecerá una cercana relación con todos ellos, y en especial
con Robbie, quizás el más problemático de ellos, pero empeñado, tras el
reciente nacimiento de su hijo, en reformar su vida y cambiar radicalmente para
crear una familia estable. Añadido a sus actividades, Harry introducirá al
grupo en la cultura de la cata de whiskey, despertando su interés, así como
unas inesperadas habilidades en Robbie… pero lo que parecía una excursión
anecdótica traerá consecuencias…
“The Angels’s Share” cuenta con un equipo de actores en
gran parte noveles, rostros desconocidos que dan forma a unos personajes cercanos,
cómplices con el espectador y que son hábiles creadores de sonrisas por la
verosimilitud de sus interpretaciones (aderezados con alguna un tanto
caricaturizada pero que regala los momentos más hilarantes y divertidos). La
historia se nos narra de una forma fluida gracias al guión de Paul Laverty, que
si bien puede resultar predecible o poco arriesgado, si es efectivo en cuanto
al entretenimiento se refiere.
Si bien el tono del film es ligero y amable, la firma de
Ken Loach deja el poso de una subyacente crítica, un sonriente toque de
atención sobre la actual situación socio económica y el impacto sobre las
vidas, usos y costumbres de la juventud.
Una comedia sobre la voluntad y posibilidad de redención,
el crecimiento personal, la solidaridad en la amistad y el agradecimiento a las
manos que el destino pone en el camino. No es la mejor obra de la filmografía
de su director, pero sí que es un producto de calidad, de fácil y agradable
consumo que entretiene y divierte sin ser otra “comedia tonta” sino cargada de
valores. Interesante.
-Enoch-
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