Valoración: 7/10
El afamado director Constantin Costa-Gavras (“Edén al
Oeste”, “Amén”, “Mad City”, “La caja de música”…etc) presentó a concurso en la
60 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián su película “Le Capital”,
y aunque no obtuvo galardón alguno ni el favor de la mayoría de la crítica, sí
que satisfizo al público que acudió a las salas con su accesible adaptación de
la novela de Stéphane Osmont.
“El capital” se centra en la figura de Marc Tourneuil, un
ejecutivo cuya meteórica carrera arrastra hasta las más altas esferas del
panorama financiero y bancario. Una vez en la cumbre se verá forzado a caminar
por la cuerda floja, no confiar en nadie, amigos serán enemigos y viceversa, la
lucha por el poder y la riqueza está servida y el está en el centro de la
diana.
El film está protagonizado por Gad Elmaleh (“La felicidad
nunca viene sola”, “El juego de los idiotas”, etc) que borda su encarnación de
Marc Tourneuil en todas sus facetas, desde la humana a la despiadada, dotando
al personaje de un abanico de matices remarcables. Junto a él, una galería de
correctos secundarios, entre los que subrayaremos el trabajo de Gabriel Byrne,
digno contrapunto encarnando al depredador financiero del otro lado del
Atlántico.
Lo más cuestionado de la película es su espina dorsal, el
guión (en el que también colabora Costa-Gavras) por lo didáctico y simplista
que puede resultar en el desarrollo de la historia para acercar al espectador
los entresijos de la actual crisis económica y las luchas de poder y juegos
financieros que tras ella subyacen. A mi entender, más que un patinazo resulta
un acierto, por lo rápidamente que engancha a la audiencia que puede así
centrar la atención en otros aspectos del film y no atascarse en lo farragoso
de situaciones que puedan confundir o perder (o aburrir) a quien vea la
película. Se ha sacrificado la complicación “técnica” por el entretenimiento, y
en mi opinión, funciona. Igualmente me parecen agradables los guiños cómicos
(impagables momentos donde se plasma en imágenes lo que desearía hacer el protagonista
mas no puede) que dotan de ritmo y dan una nota de color a la gris historia que
nos narra, un acierto y buena medida en su uso, que no abuso.
Sin ser la película del año, “Le capital” resulta viaje
atractivo a las bambalinas del mundo financiero donde hallaremos no sólo
cifras, sino también personas. Interesante.
-Enoch-
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