Valoración: 6/10
Desde México y avalada por el éxito en su paso por el
festival de Cannes y San Sebastián (donde obtuvo una mención especial en la
categoría “Horizontes Latinos”) llega “Después de Lucía”, un potente drama
firmado por el director Michel Franco.
La película nos ubica en una familia destrozada, que
trata de comenzar de cero tras la muerte de la madre trasladándose el marido y
su joven hija de Puerto Vallarta, donde conocieron una buena vida, a una nueva
en México D.F. intentando superar la tristeza y la soledad . Pero Lucia no lo
tendrá fácil, un desliz hace de su vida un infierno cuando comienza a ser
víctima de todo tipo de acosos y vejaciones en su colegio y grupo de amigos…
Rodada con un ritmo deliberadamente calmo, pausado, que
si bien puede resultar un tanto cansino, dota igualmente las escenas de un
hiperrealismo (fruto también de una buena interpretación de su elenco
protagonista) que hace del espectador un voyeur espiando las escenas cotidianas
de Lucía y su padre, sus intentos de no hundirse frente a la desgracia y cómo
todo a su alrededor parece desear ahogarlos en ella.
Pero esa calma (excesiva) , ese silencio que invade los
primeros dos tercios del film se quiebra cuando el acoso y la violencia hacen
acto de presencia en sus vidas. Sin perder la cualidad voyeur, las escenas
rodadas en largos planos fijos, la acción se vuelve salvaje y se clava en las
entrañas del indignado espectador sacándole de cualquier sopor del que pudiera
haber sido víctima tras la tranquilidad anterior mostrada en pantalla.
Un film pequeño, pero un gran grito realizado con
originalidad que nos recuerda cómo los mayores villanos se hallan en los
entornos más cercanos, y cómo la crueldad en la juventud puede alcanzar
extremos insospechados. Otra virtud de “Después de Lucía” consiste en no
resultar moralista ni enjuiciar a sus protagonistas, esa labor la deja al
espectador (y alguna otra nacida de argumentales cabos sueltos que pueden
resultar un tanto molestos). Interesante, original en su puesta en escena (no
apta para cualquiera dada su lentitud) y necesaria en los tiempos que corren.
-Enoch-
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