Valoración: 6/10
Scott Graham dirige y firma el guión de “Shell”, una
película inspirada en su exitoso propio cortometraje y que ahora viste de largo
abriéndose así la puerta al panorama cinematográfico internacional con su
participación en diversos festivales.
“Shell” es una historia sobre la soledad y las humanas
relaciones. Nos ubica en las tierras altas escocesas, en un paraje de
desoladora belleza natural pero donde la presencia humana es meramente
anecdótica. Allí encontraremos la gasolinera donde habitan sus dos
protagonistas, un padre y una hija que viven como ermitaños, con el sólo
contacto de los eventuales y escasos clientes que atraviesan la carretera
secundaria junto a la que transcurre su existencia. El film nos hablará de la
soledad, el silencio, los deseos frustrados, la extraña relación paterno-filial,
los encuentros y desencuentros con aquellos que pasan fugazmente por sus vidas,
el vacío, la nada…
El film es un poema de silencio, una oda al aislamiento,
a lo pequeño del hombre frente a la naturaleza, a lo complicado de las
relaciones humanas… y todo ello lo consigue mediante una más que correcta
factura técnica y la interpretación de todos los actores que componen el
reparto (en especial, su joven protagonista, Chloe Pirrie, cuya triste mirada
guía al espectador por la historia). Un gran acierto resulta también la
elección de la localización de esta gasolinera alegoría de una vida vacía,
ubicada en los highlands escoceses, de los que aprovecha su belleza no más que
en su justa medida, siempre el mismo paisaje de fondo, hermoso pero amenazador
en su magnificencia y más aún en su inmutabilidad, prescindiendo de turísticas
postales pero subrayando lo sobrecogedor del fondo.
Lírica e íntima, “Shell” es una propuesta cinematográfica
arriesgada, donde el cortante silbar del viento sustituye a los diálogos, y los
gestos y miradas de los escasos seres humanos que se aventuran por esos parajes
se sobreponen a las palabras. Calmada, silenciosa, como es la vida de sus
protagonistas, como es el dolor y la tristeza que les habitan, resulta esta
película. Efectiva en su tono pero en exceso pausada en su narrativa como para
contentar a todos los paladares, pues muchos pueden caer en el tedio, el
aburrimiento o el sopor. Interesante, pero para un día bien despejado
mentalmente y abierto a distintas formas de hacer cine.
-Enoch-
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