Valoración: 7/10
Dirigida por Darren Lynn Bousman, al igual que las dos anteriores secuelas de la saga, nos llega esta nueva vuelta de tuerca a una historia que tantos adeptos y enemigos ha hecho a lo largo del tiempo.
La historia arranca con su villano muerto, Jigsaw yace en la mesa de autopsias y Amanda, su aprendiz también está fallecida… nos muestra cómo sale a la luz el brutal asesinato de la detective Kerry (que vimos en Saw III) y cómo el comandante Rigg es secuestrado y obligado a entrar en el macabro juego al que nos tiene acostumbrados esta saga… noventa minutos para salir con vida de una serie de macabras, crueles y sangrientas pruebas y conseguir así salvar la vida de un viejo amigo…
Poco hay de novedoso en lo que la cuarta entrega de Saw muestra en pantalla, sangre, vísceras, crueldad, creatividad psicótica gore a raudales, giros imposibles de guión y sorpresas para los espectadores. Todo un espectáculo de entretenimiento para no dar ni un segundo de respiro a la audiencia. Si te gustaron las anteriores, SAW IV rellena el “puzzle” con muchas de las piezas perdidas y hará las delicias de los fans de Jigsaw.
El mayor logro de esta entrega es que, cuando parecía que ya no podía sacársele más jugo a la situación, que la saga, como tantas otras, decaería en un “más de lo mismo” sin aportar nada al espectador, logra entretener y sorprender y rizar el rizo de un argumento fiel a sí mismo desde la primera entrega.
Eso sí, recomiendo encarecidamente aventurarse a esta cuarta parte teniendo las anteriores (al menos la III) fresca en la memoria para poder disfrutar de ella a tope, atar correctamente los cabos y no perder el tiempo hurgando en el propio recuerdo y no entendiendo más de una situación. Recomendable.
Enoch
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