viernes, 25 de febrero de 2011

Los Leones Devoradores de Hombres

A finales del siglo XIX, durante la construccion de un puente en Africa, dos leones sembraron el terror matando a decenas de trabajadores, sin que las trampas puestas para atraparlos dieran ningun resultado.
Estas fieras, ya pura leyenda, han incluso inspirado películas inspiradas en sus atrocidades...

A finales del siglo XIX el imperio británico poseía territorios en casi todos los continentes, con el fin de mejorar las comunicaciones en sus territorios de Africa, concretamente entre Mombasa y el Lago Victoria, atravesando el desierto de Tsavo, salvando el desnivel de la falla de Rift. La hazaña se considero tan descabellada que al proyecto se le conoció como "El Tren Lunático". En 1898 la línea del tren llega a Tsavo donde se encuentra con un obstáculo en forma de un gran río, para construir un puente que cruce el río se contrato al ingeniero y militar John Henry Patterson, quien debía construir el puente en un corto periodo de tiempo, pero pronto el ingeniero se daría cuanta que el calor, la humedad y la mano de obra serían el menor de sus problemas. “Fantasma” y “Oscuridad” hicieron su aparición en Tsavo. Se trataba de dos leones de inmenso tamaño que empezaron a sembrar el terror entre los trabajadores de la vía férrea. Casi diariamente, la pareja de leones atacaba el campamento devorando o mutilando a cualquier incauto que se encontrara en su camino. Sus visitas comenzaron siendo nocturnas, atacaban a algún hombre vagando sólo en la noche o alguno que otro que se encontrara en situación de vulnerabilidad… O bien tenían la extraña osadía de introducirse en las tiendas mismas para extraer sus presas. Era encontrar todas las mañanas un panorama similar: hombres despedazados completamente y charcos de sangre por doquier. Agobiado por el plazo de construcción del puente, que se acercaba cada vez más, debido a que los obreros habían huido y abandonado sus puestos de trabajo por el miedo a lo que ellos consideraban la representación del demonio en la Tierra, el coronel Patterson decidió poner fin a las matanzas acabando con la vida de los leones.

Lo intentó de diversas formas, construyendo trampas, encaramado a los árboles o construyendo plataformas elevadas desde donde disparar con un rifle de cazador, pero en todas las ocasiones los leones escapaban de forma milagrosa. Parecían animales inmortales, como si realmente fueran la representación del demonio, así llego a creerlo Patterson hasta que, por fin, consiguió dividir sus fuerzas eliminando a los leones uno a uno. El primero de ellos fue abatido el 9 de Diciembre de 1898, casi nueve meses después de iniciadas las obras y cuando los leones se habían cobrado la increíble cifra de 140 personas. El león alcanzo los tres metros de longitud desde la cabeza hasta la punta de la cola, una longitud considerable para un león de sexo masculino. Tan solo tres semanas después Henry Patterson abatió al segundo de un tamaño similar y extrañamente, también macho. La compañía Ferrocarril de Uganda documentó 28 muertes de sus trabajadores debidas a los leones, y el coronel Patterson elevó la cifra total, incluyendo los agriculturores y pastores taita, a 135.

Ambos leones carecían de melena, algo normal ya que el tamaño, el color o la densidad de la melena varia según la zona de hábitat. Sus dentaduras y garras, eran desmesuradas, realmente terroríficas. Pero lo desconcertante del caso fue su comportamiento.
Debido a que ambos leones carecían de melena se ha propuesto que estuvieran relacionados en alguna forma de parentesco, de ahí el que se mantuvieran unidos, pero es poco frecuente este lazo de unión, lo mismo que ocurre con el hecho de que los leones devoren humanos con tanta insistencia y predilección llevándolos a su guarida, una cueva profunda en las cercanías donde se asentaba el campamento y que descubrió Patterson, allí encontró los huesos y las calaveras de sus víctimas, como si fueran trofeos. Nunca en la historia animal se ha observado algo parecido. Aún hoy muchos científicos se preguntan cómo es posible que cazaran a dúo siendo los dos machos (una actitud inaudita en los leones, animales de naturaleza solitaria, además de que se supone que en los grupos es la hembra la dedicada a la caza), o por qué llevaban a sus presas, o por lo menos lo que quedaba de ellas, a esa cruenta cueva ¿Realmente mataban por placer y no por necesidad? También podría haber influido el hecho de que a los obreros que morían de forma natural no se les daba sepultura, o una sepultura fácilmente accesible para los leones, por lo que se animaron a cazar humanos vivos.

Los dos leones comehombres de Tsavo, que mataron a decenas de personas en 1898 en Kenia, terminaron sus días disecados en el Museo Field de Chicago donde fueron vendidos por Patterson después de usar sus pieles para hacer dos alfombras, en el museo las pieles fueron restauradas y se exhiben hoy a los dos leones con un aspecto cercano de cómo fueron.

Éste era el panorama sobre el que han trabajado científicos de varias especialidades de Estados Unidos y el Reino Unido. Han analizado material de los dientes y del pelo de los dos leones y han comparado su composición isotópica en carbono y nitrógeno con material equivalente de leones actuales de la zona y de animales herbívoros que pueden ser presa de los leones, así como con hueso de los antepasados de los taitas.

Han llegado a la conclusión de que los dos leones tuvieron durante gran parte de sus siete u ocho años de existencia una dieta normal, basada sobre todo en animales herbívoros como la cebra y el órix. Mientras que ambos añadieron progresivamente a su dieta animales como la jirafa y el antílope, sólo uno de ellos se especializó en comer humanos, que en las semanas finales de su vida constituían el 30% de su dieta y el resto de impalas y gacelas. Por su parte, la dieta del otro león estuvo compuesta de herbívoros, lo que pudo significar que las bestias trabajaban en pareja para cazar hombres pero que no compartían las presas.


Así que sólo uno de la pareja era de verdad un león come hombres, aunque posiblemente el otro también ingiriera ocasionalmente restos humanos. Además, los investigadores consiguen una aproximación al número real de víctimas, que es 34. Los ecólogos han subrayado la importancia de una especialización individual en ambientes en que los alimentos son escasos. Existen pruebas de que Tsavo en 1898 sufría diversos tipos de estrés, naturales o causados por el hombre, que habrían hecho escasear las presas naturales del león. Sólo uno de los leones obtuvo ventaja nutritiva de los humanos, seguramente porque somos demasiado pequeños para ser alimento de dos leones, y ése fue el león que era más habilidoso y más valiente, porque somos una presa peligrosa para el cazador.

Justin Yeakel y Nathaniel J. Dominy de la Universidad de California y sus colegas publicaron el resultado de su estudio en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences ). Subrayan que los dos animales presentaban graves deformaciones cráneo dentales, lo que pudo influir en que incluyeran en su dieta presas no convencionales, supuestamente más accesibles, seguramente empezarían con los cadáveres sin enterrar o mal enterrados de los trabajadores del ferrocarril y al faltar comida empezarían a cazar humanos, presas mas fáciles para ellos. Dominy afirmo también que es probable que las 135 muertes aludidas por Patterson fuesen más para resaltar su reputación que otra cosa y que las 28 victimas de la compañía de ferrocarril también estuviese falseada por motivos similares.

Así que las conclusiones cambian algo el panorama anterior. Los dos leones formaban una pareja no muy usual, ya que lo normal es que un macho forme grupo con cuatro o cinco hembras, que son las que cazan. Seguramente debido a sus defectos físicos no tuvieron acceso a las hembras y no les quedó más remedio que formar pareja para defender un territorio que entonces tenía mucha más vegetación que actualmente. Colaboraban en los ataques, a humanos y a otras presas, pero no comían lo mismo. Atacar humanos era más peligroso, pero no tenían otro remedio, creen los investigadores, ya que no eran buenos depredadores, quizá también por eso llevaran restos de sus presas a su guarida, para evitar que otro predador se lo quitara.

Estos hechos han inspirado muchos libros y varias películas, la mas reciente de 1996 “The Ghost and the Darkness” llamada en España “Los Demonios de la Noche” protagonizada por Val Kilmer interpretando a Patterson y Michael Douglas como mítico cazador Charles Remington.
Dark_Idril

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