martes, 1 de febrero de 2011

Precious (Precious: Based on the Novel Push by Sapphire)

Valoración: 8/10

    Precious
    Historias del Harlem


    Llegó el momento de enfrentarse a uno de los fenómenos cinematográficos del año. Sundance, Toronto, Cannes, San Sebastián… Precious ha arrasado allí donde se ha proyectado, hasta el punto de coronarse como una de las favoritas en la carrera a los Oscars antes incluso de su estreno en salas comerciales. Después de debutar hace ya unos cuantos años en el mundo de la dirección con Shadowboxer, el productor Lee Daniels lleva a la gran pantalla Push, una novela de la escritora y poetisa californiana Sapphire sobre la desdichada existencia de una adolescente en el Harlem afroamericano de mediados de los ochenta.

    Clareece "Precious" Jones tiene dieciséis años, es obesa y prácticamente analfabeta. Desde muy pequeña ha sufrido en silencio una vida llena de vejaciones, malos tratos y abusos por parte de su tiránica madre y su padre, del que tiene un hijo retrasado fruto de una violación incestuosa. Embarazada por segunda vez, Clareece es expulsada del instituto pero encuentra refugio en el centro de enseñanza especializada que regenta la caritativa profesora Rain. Esta breve sinopsis da una idea del sórdido y terrible ambiente en el que se mueve la película, un cruento retrato de los infiernos privados que esconde la marginalidad del gueto en el país de las oportunidades.

    Hay que tener cierto estómago para sobreponerse a la dureza de éste drama doméstico y sus imágenes, pero Daniels consigue dar con el perfecto contrapunto a toda esta miseria en el humor negro y las evasiones oníricas de su protagonista, una serie de escenas de fantasía con estética de videoclip a medio camino entre lo grotesco y lo patético. De éste modo va desarrollándose un argumento francamente bien construido acerca de la integridad pisoteada y la superación personal. Poco a poco, Precious se convierte ante nuestros ojos en la verdadera heroína de una pesadilla urbana a ritmo de soul que viene a demostrarnos que incluso en las horas más oscuras de la tormenta hay espacio para un pequeño rayo de esperanza.

    La película cautiva al espectador a través de sus intérpretes. Gabourey Sidibe protagoniza uno de los mejores debuts de los últimos tiempos pero incluso su soberbia labor queda eclipsada por la de su progenitora en la ficción. La humorista Mo'Nique ofrece aquí un sobrecogedor tour de force dando vida al mal encarnado en madre. Esa última escena en la que Clareece confronta a su torturadora en presencia de la asistenta social, todo un cambio de registro interpretativo, es simplemente fabulosa. Con tanto talento de por medio el trabajo de Paula Patton y su clase de chicas problemáticas queda en segundo plano, pero el casting todavía nos reserva una sorpresa con la profesionalidad de la cantante Mariah Carey en un sorprendente papel secundario. También sale airoso Lenny Kravitz interpretando al único personaje masculino relevante de la historia.

    Que nadie se deje engañar por los galardones cosechados en Sundance. Basta reseñar que la mediática Oprah Winfrey es la productora ejecutiva del film -o acordarse de las estrellas musicales que figuran en su reparto- para darse cuenta de lo mucho que se ha devaluado en la industria norteamericana el término indie, reconvertido de un tiempo a esta parte en una etiqueta comercial como cualquier otra. Esta propuesta encandilará al gran público pero también promete ser blanco de las iras de todos aquellos que no se dejen subyugar por su vibrante historia. El drama hipervitaminado de Lee Daniels es ciertamente artificioso y está plagado de tópicos, además de adolecer de una dirección de lo más desaprovechada. Y es que no cabe duda de que Precious es un film sobrevalorado, pero no es menos cierto que también es un trabajo que llega muy adentro. Puede que haya películas mejores que ésta, pero no todas se quedan impresas en la memoria del espectador con la misma fuerza.
Keichi

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