Valoración: 4/10
Apenas unos años después del gran éxito de la película original de Takashii Miike que estuvo entre las pioneras de la oleada de terror oriental que de unos años a esta parte invade occidente llega su versión americana dirigida por Eric Valette.
La historia que nos cuenta es exactamente la misma que la de su predecesora, cómo un grupo de estudiantes comienzan a recibir mensajes en sus teléfonos móviles donde se escuchan (o ven) a sí mismos falleciendo. Dicho mensaje tiene fecha y hora de tres días después de su recepción y, cuando llega ese momento en la realidad, aquellos que lo han recibido mueren tal cual escucharon/vieron en sus móviles. El argumento se centra en una de las estudiantes (Shannyn Sossamon), que ha de investigar contra reloj para evitar más muertes, incluyendo la suya propia, pero no lo hace sola, sino con la ayuda de un detective (Edward Burns), ambos han de desentrañar el misterio…
Si algo atrajo la atención (y el miedo) de los espectadores de la película de Miike fue su novedosidad, su originalidad, elemento del que totalmente carece esta nueva versión, pues es un total calco de la versión oriental. Los guionistas han realizado esfuerzo cero creando un calco completo (sólo cambia la melodía del móvil que anuncia la muerte, y , tristemente, por una peor), anulando toda sorpresa. Los intérpretes, correctos, pero sin demasiada fuerza. Los efectos, correctos, pero no inolvidables (ninguna aterradora imagen queda grabada a fuego en la retina del espectador).
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