Valoración: 5/10
Yoshihiro Nishimura dirige esta película venida de Japón donde el gore, el sexo y la acción son sus prioritarias bazas.
En ella se nos cuenta la historia de Ruka (a la que conocemos por ser la “femme fatale” de “Addiction”), una agente de policía cuya misión es erradicar a los mutantes que se esconde entre la población. Estos seres son creación de un científico loco al que se conoce como Kay Man. Las batallas son encarnizadas, trepidantes y muy sangrientas pues Ruka no busca sólo hacer su trabajo, sino que está infectada por el deseo de venganza en busca de aquel que asesinó a su padre.
La película arranca muy fuerte, con mucha acción, y pretende mantener el ritmo durante su (excesivo) metraje… pero pese a los ingentes baños de sangre, creativas criaturas y rocambolesca y tramposa historia… no lo consigue.
Juega este film con el ánimo del espectador, posee tramos de extrema comicidad, como los anuncios que van apareciendo (inolvidable el de los cutters especialmente diseñados para cortarse las venas ¡Disponibles en cinco colores diferentes!), otros de extrema violencia, acción y sangre y por fin otros perturbadores (el tramo desarrollado en el burdel y las “criaturas” que muestran demuestran una gran y enferma imaginación del autor).
Pero, pese a tener en su contenido tantos buenos elementos, el conjunto no llega a cuajar, por alguna inexplicable razón, el espectador que disfruta de la primera mitad del metraje, se divierte, se ríe… pero acaba inevitablemente hastiado y sin importarle apenas lo que ocurre en pantalla, sólo esperando el final… que se hace desear más de la cuenta.
En conclusión, una película divertida para ver con amigos y en un ambiente de cachondeo, pero que estaría infinitamente mejor considerada si cualquiera de sus armas cortantes hubiera mermado el volumen de su metraje en gran medida… arranca la audiencia con carcajadas y asombro y termina con bostezos…
Enoch
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