Valoración: 6/10
Desde Noruega nos llega esta película dirigida por Patrik Syversen, que junto a una de las protagonistas del film, Nini Bull Robsahm, la escribió pretendiendo homenajear a las películas de terror de los setenta, como “La matanza de Texas”.
En ella se nos narra la aventura de cuatro jóvenes que a bordo de una típica furgoneta de la época se dirigen a pasar unos días campestres. Pronto se detienen en un bar de carretera donde discurre el primer encontronazo con los lugareños. Allí se une al grupo una extraña, una mujer asustada… y con razones para estarlo. Al poco de partir serán interceptados en la carretera y llevados inconscientes a lo más profundo del bosque… suena un cuerno de caza… y ellos son las presas, la carrera por la supervivencia comienza…
Rodada con muy poco presupuesto y en muy poco tiempo, Rovdyr posee fortalezas y debilidades igualadas.
En su favor podemos argumentar lo agobiante de las localizaciones, lo cuidado de la sencilla fotografía y, sobre todo ello, varias escenas gores que tras su visionado permanecerán en la memoria del espectador, no se queda en los ya manidos cepos ocultos en el bosque, sino que juega con el alambre de espino y el destrozo de partes de la anatomía de los perseguidos que sorprenden.
En su contra juega el hecho de que, pese a su reducido metraje, pierde bastante tiempo al comienzo para una presentación de personajes que resulta lenta y poco aporta, la audiencia no empatiza con ellos, con sus caracteres ni sus problemas personales, lo que resta emoción a la trama. Igualmente posee alguna que otra escena de dudosa credibilidad, como resulta una en la que un arco y una flecha de primitiva construcción participan…
En un punto medio y de controversia se ubica el uso de los tiempos, los asesinos se alargan en su relación con sus víctimas, y los momentos de tensión se extienden… este hecho ha dividido al publico, hay a quien le aburre (más de uno se preguntaba si en Noruega regalan el metraje…) y hay a quien, como a mi, le hace disfrutar más de la escena y subraya el dramatismo de la misma.
En conjunto, Rovdyr (o Manhunt, o Backwoods… diversos y excesivos son los títulos que se le van colgando) no es una película sobresaliente, pero aprueba lo que sus intenciones prometen, homenajear a un género ya lejano en el tiempo, un género en el que los personajes daban igual, en el que la persecución era la protagonista y la muerte de cada uno de ellos un regalo a la morbosa retina del espectador. Supongo que este homenaje también lleva a una completa sensación de “ya visto” para los amantes del género… pero para un amante del cine nórdico como el que escribe, Patrick Syversen ha sabido darle un toque de interés.
Entretenida, suficientemente corta para no cansar al espectador y digna para pasar un buen rato con palomitas salpicadas de sangre.
Enoch
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