Pasaje Para Un Coche Fúnebre - George Bowers

Título original: The Hearse

Año: 1980

Duración: 95 min.

País: Estados Unidos

Dirección: George Bowers

Guion: William Bleich. Idea: Mark Tenser

Música: Webster Lewis

Fotografía: Mori Kawa

Reparto: Trish Van Devere, Joseph Cotten, David Gautreaux, Donald Hotton, Med Flory, Donald Petrie, Christopher McDonald, Perry Lang, Fred Franklyn, Olive Dunbar, Al Hansen

Productora: Marimark Productions

Tras un reciente y traumático divorcio, una mujer decide escapar del bullicio de la ciudad y la rutina de su triste existencia. Para ello se traslada al viejo y apartado caserón que su tía le dejó en herencia. El lugar tiene lo que busca, tranquilidad y aislamiento, pero también algo oscuro que a todos los lugareños parece poner los pelos de punta... Algo fantasmal y amenazante acecha y cobra fuerza con la cercanía de un coche fúnebre. 

La película de George Bowers, un producto de no disimulada Serie B, levanta pronto sus cartas, desplegando el horror sobrenatural que pone en su atmósfera opresiva e inquietante todo el peso de su apuesta. La casa (menos amenazante de lo deseable), la siniestra presencia del automóvil heraldo de la muerte, el ambiente musical que anuncia la llegada de las tinieblas...discretos pero efectivos elementos que son el envoltorio de un film pequeño pero correcto. 

Trish Van Devere es la actriz protagonista de esta cinta, en la que tiene la oportunidad de desplegar su abanico expresivo y emocional a medida que su personaje se ve acosado por los avatares de los vivos y los muertos. Una correcta labor que suma enteros al resultado. 

Es su guión quizás el ingrediente más cuestionable del film, con un ritmo desigual que implica altibajos en el interés e inquietud del espectador, y un desarrollo y desenlace que se anticipan con demasiada claridad. 

Con todo ello estamos ante una película que, pese a que el paso de los años no le ha sentado demasiado bien, resulta correcta en sus formas y mejorable en su narrativa, un simpático producto de serie B para pasar el rato dejándose seducir por su inquietante atmósfera. Aceptable.