Título original: Island of Lost Souls
Año: 1932
Duración: 70 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Erle C. Kenton
Guion: Waldemar Young, Philip Wyle. Novela: H.G. Wells
Música: Arthur Johnston, Sigmund Krumgold
Fotografía: Karl Struss
Reparto: Charles Laughton, Bela Lugosi, Richard Arlen, Leila Hyams, Kathleen Burke, Stanley Fields, Arthur Hohl, Paul Hurst, George Irving, Tetsu Komai, Hans Steinke
Productora: Paramount Pictures
El fatídico hundimiento de un barco conduce a un desafortunado náufrago a los dominios del doctor Moureau, a una pequeña y aislada isla donde el científico, más allá de la razón, realiza extremos experimentos con animales. Comenzará así una batalla por la supervivencia y la recuperación de la libertad para el inesperado invitado...
Erle C. Kenton adapta en 1932, de forma libre, la obra de H. G. Wells "La Isla del Doctor Moureau" para Paramount Pictures. En su película, que mezcla el cine de aventuras con ciertos tintes de terror, nos propone un viaje a lo desconocido a través de un relato pleno de tensión y buen hacer.
La película, pese a su corta duración, sabe condensar y plasmar sus ideas y su desarrollo de forma no sólo inteligente, sino muy amena, atrapando la atención y el entretenimiento desde el comienzo de su metraje. Además de ello, dibuja sabiamente a su galería de personajes, llenos de carisma e interés, logrando una notable implicación del espectador con sus destinos.
Igualmente potente es la apuesta del film por lo visual gracias a una notable labor de maquillaje y caracterización, llamativa e inquietante, y una interesante dirección artística que dota a los distintos espacios de atmósferas propias y llamativas.
A subrayar encontramos el trabajo de Charles Laughton, el actor tras la piel del científico loco, el Doctor Moureau, que aquí se alza como el más potente epicentro del film gracias a una interpretación llena de fuerza y magnetismo.
En conclusión, estamos ante un clásico de calidad a rescatar del olvido, cuidado en lo formal, narrativo e interpretativo, una película del ayer igualmente disfrutable en el hoy.
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