Año: 1971
Duración: 97 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Bob Kelljan
Guion: Bob Kelljan, Yvonne Wilder
Música: William Marx
Fotografía: Bill Budler
Reparto: Robert Quarry, Mariette Hartley, Roger Perry, Yvonne Wilder, Tom Toner, Rudy De Luca, Philip Frame, George Macready, Walter Brooke, Edward Walsh, Craig T. Nelson, David Lampson, Karen Ericson, Helen Baron
Productora: Peppertree Productions Inc.
Un orfanato será el nuevo escenario donde se desatará la maldad y sed de sangre del Conde Yorga. Los vientos de Santa Ana siempre ha sido presagio de acontecimientos funestos, y en esta ocasión no serán otros que el alzamiento desde la muerte, del bebedor de sangre y sus amantes vampiresas, dispuestos a engrosar las filas de su ejército de no muertos y acabar con todos aquellos que osan adentrarse entre los muros del orfanato durante las festividades.
Bob Kelljan, responsable de la primera entrega de las andanzas del vampiro, escribe y dirige esta secuela que recupera su personaje principal para continuar narrando sus aventuras en un entorno más clásico.
"El retorno del Conde Yorga" mantiene sus pretensiones de emular un estilo fílmico acorde al que la productora Hammer nos tenía acostumbrados en sus relatos de vampiros. No faltará la omnipresencia del rojo y el negro, las secuaces ataviadas con virginales camisones y miradas perdidas y ávidas de muerte, los detalles de pretendida ambientación gótica en sus escenarios... sin embargo, una vez más, no llega más allá de ser una pobre imitación que lejos queda de la personalidad y buen hacer de las inolvidables producciones británicas.
De nuevo, Robert Quarry, encarnando al vampiro protagonista, reviste cierta falta de carisma para estar a la altura del villano que pretende ser, de hecho, más de una de sus intervenciones, en escenas que debieran ser el cénit del horror que pretende la cinta, llamarán más a la carcajada que al escalofrío, por lo ridículo de las mismas. Este factor se extiende más allá de él, contagiando a sus secuaces, cuyos ataques a los pobres inocentes atrapados junto a ellas en el orfanato, llamarán a nuestros ataques... de risa.
Atractiva en sus intenciones, pero pobre en sus resultados, "El retorno del Conde Yorga" se erige como un nostálgico entretenimiento más disfrutable si nos enfrentamos a ella más como una comedia que como un producto terrorífico, pues es ideal para el comentario entre amigos amantes del horror y para ello no tiene desperdicio.
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