Año: 1949
Duración: 106 min.
País: Reino Unido
Dirección: Robert Hamer
Guion: Robert Hamer, John Dighton (Novela: Roy Horniman)
Música: Ernest Irving
Fotografía: Douglas Slocombe (B&W)
Reparto: Dennis Price, Alec Guinness, Joan Greenwood, Valerie Hobson, Audrey Fields, John Penrose, John Salew, Arthur Lowe, Clive Morton, Hugh Griffith
Productora: Ealing Studios
Louis D'Ascoyne Mazzini es un joven que, encendido por las llamas de la venganza, decide enfrentarse a la familia a la que pertenece e ir eliminando, uno a uno, a todos aquellos que le preceden en la línea de sucesión al título de Duque. Desde el humor más negro, nos narrará su viaje, crimen a crimen, la transformación que va sufriendo, y su crítica a una aristocracia decadente y frívola.
Robert Hamer adapta la novela de Roy Horniman en una película que, debido a su bajo presupuesto, intentó (y logró) destacar, gracias al buen hacer de su sobresaliente elenco de intérpretes y un milimetrado y estupendo trabajo de guión.
Muy descacable resulta la labor de su protagonista, un versátil Dennis Price que evoluciona y se adapta a cada nueva rocambolesca situación que vive a medida que asciende, peldaño a peldaño, por la escalera de crímenes a cometer para su propio avance. Pero más sobresaliente aún es la labor de un joven e inspirado Alec Guinness, camaleónico en su titánico trabajo de encarnar diversos (y muy distintos entre sí) personajes, un trabajo para quitarse el sombrero.
La estructura narrativa del film es de gran interés, con el hilo conductor de una perfectamente integrada (y no pesada) voz en off que nos guía por el relato. En ella hallaremos risas y entretenimiento, acompañando al asesino en sus aventuras pintadas con el más inteligente humor negro británico, mostrado con descaro y simpatía. Su relato destaca no sólo por ello, sino por, entre sonrisa y sonrisa, ser capaz de transmitir una ácida crítica a la élite social y sus miserias. "Ocho Sentencias de Muerte" enfrenta al ciudadano común con cada estrato de la aristocracia, haciendo así una radiografía de la alta sociedad destapando así su decadente vacío.
Un film muy disfrutable, que aunque no destaque en sus aspectos formales, tiene tan cuidados los factores interpretativos y narrativos, que logra triunfar y resultar memorable dejando una maléfica sonrisa dibujada en el rostro del espectador tras su visionado.
Enoch
Valoración:7/10
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