La tecnología ha avanzado notablemente, llegando a
ser capaz de crear computadoras pensantes, conscientes de sí mismas y gestoras
de propias emociones. Este factor dividirá la opinión social, aquellos que
piensan que en el avance técnico se halla el siguiente paso evolutivo y los que
opinan que la tecnología terminará poniendo en peligro e incluso aplastando lo
humano. Los descubrimientos y proyectos de un científico, en lo que a
inteligencia artificial se refiere, disparará las pasiones de ambos bandos
llevándolos a las últimas consecuencias.
Wally Pfister, el que fuera virtuoso responsable de
la fotografía de films tan notables como “Origen” o “El Caballero Oscuro”
dirige este ambicioso proyecto de ciencia ficción, que, pese a su potente idea
de partida, y el gran presupuesto tras
él, se ha estrellado frente a crítica y taquilla .
Quizá parte del mal funcionamiento de la historia
resida en un dibujo de personajes difuso. El doctor protagonista, encarnado por
Johnny Depp no se desarrolla lo suficiente antes de “trascender”, con lo que la
empatía se hace más complicada, y una vez mimetizado con la tecnología, ni el
film ni el actor nos logran transmitir lo suficiente. Los secundarios (Kate
Mara, Morgan Freeman, e incluso Paul Bettany) no terminan de brillar pese a lo
crucial de alguno de ellos en la historia. La única que conecta con la
audiencia y que reviste diversas capas y
ejecuta un papel más destacable es Rebecca Hall, quien encarna a la mujer del
investigador objeto de controversia y sueña con un mundo diferente.
Guión y montaje no facilitan las cosas, puesto que
diversas áreas de tan intrincada historia quedan difusas (y pueden resultar
incluso incoherentes), mientras que en otras más insulsas se extiende perdiendo
interés y entretenimiento y dejando la sensación de que por un lado le sobra
metraje, y por otro le faltan explicaciones, una fórmula de inestable e
irregular resultado. Pero en absoluto todos los factores técnicos tienen
fallas. En lo visual, “Transcendence” es más que correcta, con una fotografía
estupenda y unos efectos visuales efectivos, aderezado todo ello con una buena banda sonora.
En conclusión. La película empieza mejor de lo que
termina. Su primera mitad, presentando las cuestiones no sólo tecnológicas de
interesante debate, sino las implicaciones éticas y morales, es de notable
calidad. Por el contrario, la segunda parte no sabe resolver eficientemente el
conflicto presentado, y se queda en tierra de nadie entre el estudio emocional
de los personajes y el espectáculo de ciencia ficción que propone, no
satisfaciendo en uno ni otro aspecto. Comienzas disfrutando de una película muy
potente, pero el sabor de boca al aparecer los títulos de crédito finales es de
decepción. Podía haber sido grande, pero se pierde en el camino, esta película
no trascenderá a la memoria cinéfila. Entretenida pero fallida.
Enoch
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