viernes, 11 de marzo de 2011

Robert Lee Yates


¿Conocéis la historia de Robert Lee Yates? Siempre fue un hombre de bien, pero encerraba un secreto, un trauma que le arrastró a cometer los actos más crueles... ¿La venganza creéis que es la solución?

Robert fue guardián de la prisión Wala Wala en Washington. Seis meses después se afilió al Ejército. Estuvo en la famosa “Tormenta del Desierto”. Fue condecorado por ello. Cuando regresó a Washington, entró a la Guardia Nacional.

Una de sus mayores aficiones era pilotar helicópteros. Estaba casado y con hijos. Pero algo en él cambió.

El 22 de febrero de 1990, la policía de Washington recibió una llamada al respecto del cuerpo desnudo de una joven de color, tendido en el suelo cerca de un embarcadero. La habían disparado muchas veces con una pistola de pequeño calibre. No se encontró ni la ropa, ni los efectos personales, ni el arma, ni los casquillos. En cambio, si se encontró la peluca de la víctima, una toalla blanca y una sábana verde, como las del ejército. La chica de 26 años resultó tener expedientes policiales por ejercer la prostitución.

Un mes más tarde, la policía recibió otra llamada diciendo que se había encontrado el cuerpo acribillado de una joven. También, ésta tenía un historial de prostitución y abuso de drogas.

En mayo se encontró a otra víctima. Tenía heridas de golpes en la cabeza pero también disparos. Esta vez se encontró ropa de la víctima, así como huellas de las ruedas de un vehículo. Esta víctima también ejercía la prostitución y como la anterior había consumido drogas poco antes de ser asesinada.

Durante dos años no se volvió a saber nada de este asesino, aunque la policía sospechaba que seguía matando; tal vez, ocultando mejor a sus víctimas.

En mayo de 1992, el cuerpo de una joven fue encontrado desnudo, con una bolsa de plástico en la cabeza y varios de sus objetos personales estaban tirados a su alrededor. Al no encontrarse sangre, la policía dedujo que había sido asesinada en otro lugar y luego llevada a donde la encontraron. La chica de 19 años frecuentaba un motel donde ejercía la prostitución.

En verano de 1995 el cuerpo de una mujer de 60 años fue descubierto, medio oculto entre hojas de árboles. No había ninguna prueba de que la mujer fuese prostituta, lo que se sabía era que bebía mucho alcohol.

Alrededor de un año después, se encontró el cuerpo semi-descompuesto de otra mujer, esta vez no estaba desnuda, pero como las otras había sido asesinada a tiros. Tenía historial de prostitución y tomaba drogas.

En el 97, dos cuerpos fueron encontrados, uno de una joven de 20 años, conocida prostituta, asesinada por varios disparos al igual que la otra víctima de 16 años. En este caso, hubo una testigo, una prostituta que indicó a la policía que había visto subir a esta última, a un coche blanco y dio una descripción del hombre que iba en el coche.

Ese mismo año, unos agentes detuvieron a Robert Lee Yates por primera vez, pero no lo pudieron relacionar con ningún asesinato.

Poco tiempo después, Se encontró a una chica, semi-enterrada y desnuda. Tenía antecedentes como prostituta y tomaba drogas. Un mes más tarde, otra mujer.

En 1998, la policía fue a casa de Yates y lo detuvo para hacerle algunas preguntas. Le pidieron una muestra de sangre y él se negó. De todos modos se encontraron cabellos, sangre y tela de las víctimas en casa de Robert.

Fue juzgado por violar y matar a prostitutas de color y rubias. Fue condenado a cadena perpetua, consiguió evitar la pena de muerte gracias a que confesó ser el “Asesino del Green River”. Confesó que fue para “vengarse” del abuso sexual sufrido cuando tenía seis años por un vecino.

Pero un año más tarde le juzgaron por otros dos asesinatos y esta vez sí que lo enviaron al corredor de la muerte, teniendo que ser ejecutado por medio de inyección letal.

- May - 

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