Valoración: 5/10
Marcus Nispel, quien ya se aventurara con éxito en el panorama de los remakes con “La Matanza de Texas 2004”, y luego firmara la irregular “Pathfinder” pretende repetir su acierto inicial resucitando a Jason en este remake de la mítica “Viernes XIII”.
Una de las primeras preguntas que el espectador se hace es ¿por qué lo laman “remake” cuando podría ser Viernes 13, parte 37? Al enfrentarse a esta película de argumento más que predecible compuesto por el ya arquetípico grupo de adolescentes que se aventuran a visitar el campamento base de operaciones de Jason, el inmortal asesino protagonista de la saga para ir muriendo uno a uno de las más cruentas formas…
Poco tiene de especial esta entrega, y más credibilidad recibiría si se hubiera limitado a ser una parte más de la saga que osando “rehacer” la original (cosa totalmente innecesaria y resultado más de un factor de marketing que de una realidad). Es más… a los acérrimos de la saga y el personaje, este Jason les resulta ajeno al original, diferente… y eso resulta imperdonable.
En cuanto a la factura técnica e interpretativa, poco hay que decir… ninguna actuación resulta excesivamente atractiva ni molesta demasiado (tranquilos, quien molesta, muere) ni ningún aspecto técnico (fotografía, montaje…etc) resulta destacable ni pobre… en ambos factores aprueba, pero no con nota…
No obstante y siendo justos con el trabajo del señor Nispel (es decir, obviando el desafortunado hecho de que sea un “remake” del Viernes 13 original, e incluso que forma parte de esta saga) diremos que, dentro de la oleada de slashers de adolescentes que puebla los cines en los últimos tiempos, hemos visto cosas infinitamente peores y que, si olvidamos que el asesino es Jason y le cambiamos la máscara por otro elemento y el nombre al campamento donde transcurren los hechos, resulta bastante amena. De hecho tiene muchos giros autoparódicos y humorísticos que resultan bien agradables (el ataque con el Wok no tiene precio) y más de una muerte cuya ración de gore resulta satisfactoria (tras un inicio en el que parece que se disfrutaría de poca sangre y mucha “censura”).
En resumen, olvidable, pero agradable para pasar un buen rato entre colegas echando unas risas sin pedirle nada más allá del entretenimiento.
Enoch
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