miércoles, 23 de marzo de 2011

Medicina y Vampiros: las porfírias.


La búsqueda de explicaciones a la creencia en los vampiros ha llevado a diversas propuestas basadas en enfermedades. Una de estas es la Porfiria.

Hay quien dice que existe una base genética para explicar lo que la superstición o leyenda interpretada como Vampirismo. Es una enfermedad, o mejor, un grupo de enfermedades, llamadas PORFIRIAS. Éstas se caracterizan por la acumulación en el cuerpo de grandes cantidades de Porfirinas, sustancias sintetizadas por el cuerpo que al combinarse con determinados metales juegan un papel fundamental en el metabolismo.

En el caso de la Porfiria Eritropoyética, lo que ocurre es que estas porfirinas son incapaces de combinarse con el hierro para sintetizar hemoglobina con lo cual la persona que lo padece sufre de anemia, Por otra parte, el cúmulo de porfirinas en la piel hace que éstas en contacto con la luz den lugar a una excitación electrónica en la molécula produciendo radicales libres, provocando grandes lesiones en la piel produciendo horribles cicatrices; incluso los afectados pueden perder los dedos, nariz u orejas. Los ojos se ponen rojos y también aparece pelo anormalmente, lo que se llama hirsutismo o hipertricosis.

Como podéis imaginar, la porfiria eritropoyética daría al enfermo gran parte de las características que la leyenda le atribuye al vampiro (pálido por la anemia, con ojos rojos y pelos en las palmas de las manos, algunos además con una tonalidad rojiza en los dientes, etc.).

Las porfirias son enfermedades genéticas y no tienen cura aún. El principal tratamiento para algunas en la actualidad, es la inyección de concentrados de glóbulos rojos o soluciones de Grupo HEM o HEMO, además de hacerle usar al enfermo filtros solares.

En el paciente porfírico no tratado, existe la necesidad inconsciente de beber sangre para abastecerse de hemoglobina, algo así como el niño con falta de calcio que lame la pared para abastecerse.

La naturaleza genética de las porfirias, sumada a costumbres endogámicas entre algunos grupos étnicos y otros factores medioambientales podrían haber desencadenado la enfermedad en personas genéticamente predispuestas... y de aquí la idea que quien fuese mordido por un vampiro se convertía en uno de ellos a su vez.

Claro que esta pobre figura enferma, falso vampiro condenado a un sufrimiento muy poco metafísico, si bien puede ser una explicación de supuestos casos de vampirismo en la vida real, no está destinada a ganar en la competencia con el elegante, seductor, trágico y oscuro señor de la noche propio de la cultura gótica, generalmente condenado a una eterna e imposible búsqueda para calmar sus deseos.

- Stuart - 

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