A principios del 2005 se detuvo a uno de los asesinos en serie más buscados de la historia de Estados Unidos, Dennis Rader, también llamado BTK.
Dennis, nacido en 1945, tuvo una vida por lo que se sabe y por lo que de él han dicho, del todo convencional… luchó en la guerra de Vietnam con el ejército del aire, se graduó como funcionario de justicia y posteriormente tuvo diversos trabajos en supermercados, en servicios de seguridad… e incluso se cree que gracias a ellos tuvo su primer contacto son sus futuras víctimas, en tan usual entorno.
En cuanto a su vida personal os contaremos que Dennis estaba casado, tenía dos hijos y estaba muy involucrado en las labores de su iglesia e incluso lideró un grupo de Cub Scouts.
¿ Puede que una forma de vida tan vulgar, tan usual, le ayudara tanto a pasar desapercibido a la justicia, a los vecinos, a su propia familia? ¿Cómo pudo una fachada de aparente normalidad ocultar tanto tiempo un demente como él?
Pero su afán de notoriedad se puso de manifiesto cuando, en 2004 provocó que se reabriera la investigación (que condujo finalmente a su detención) de los asesinatos al enviar una carta al periódico Wichita Eagle en la que afirmaba haber cometido su último asesinato en 1986, que no en 1977 como pensaban las autoridades.
Dennis tomó el “sobrenombre” de BTK (Siglas de “Bind them, Torture them, Kill them” – “Átalos, Tortúralos, Mátalos”) por voluntad propia y así lo hizo constar en una carta que dejó tras su primer asesinato en una universidad.
En su confesión, narró cómo acostumbraba a estudiar a sus víctimas (o “proyectos”, como él las llamaba), seguirlas con el coche, revisar su correo, averiguar su nombre… todo ello para, según él, estar más cómodo en el tiempo previo al crimen.
Su primera matanza le costó la vida a cuatro miembros de una única familia, la Otero. Su obsesión con ellos nació de las fantasías de nuestro asesino por la madre y la hija de la familia, hasta que un día no pudo más y, tras cortar la línea telefónica se coló en su casa por la puerta trasera. Dijo, con un arma entre sus manos, a la familia que estaba en busca y captura y que no les haría daño, que sólo había entrado allí para tomar algo de comer y poder escapar en su coche. Los ató de pies y manos y comenzó su ritual. Colocó bolsas de plástico sobre el padre y el hijo de la familia Otero para asfixiarlos e intentó estrangular a la madre y la hija. El crimen por asfixia tuvo que intentarlo en dos ocasiones, así como el estrangulamiento, que tuvo que repetir y en el que de nuevo falló… desesperado por su torpeza finalmente, ahorcó a la hija en el piso superior y acuchilló a su madre.
Tras ellos llegó Shirley Vian, una víctima casual, que no fue “preseleccionada”. El asesino iba en realidad a dar muerte a otra, pero al no encontrase en su domicilio cambió de idea. La atacó a punta de pistola, la ató, encerró a los hijos de la víctima en el cuarto de baño y tras ello introdujo la cabeza de Shirley en una bolsa de plástico y la estranguló.
A continuación fue Nancy Fox, a quien, además de matarla por el ritual ya habitual (ataduras, estrangulamiento…) desnudó y se masturbó sobre su cadáver… la historia se fue sucediendo siguiendo los mismos patrones. A la octava, a modo de curiosidad tras matarla se la llevó en el maletero del coche para sacar unas fotos a su cadáver en la iglesia luterana y luego esconder el cuerpo. Otra de sus victimas murió estrangulada con sus propias medias y brutalmente golpeada, pues peleó con BTK tras haberse logrado soltar de sus ataduras, a la última de ellas también se la llevó en el maletero de su coche del lugar del crimen para ocultarla bajo un puente… un largo y macabro historial de muertes.
La historia de este asesino inspiró una película en 2005 titulada “BTK Asesino en Serie” dirigida por Stephen T.Kay (“Boogeyman”) y protagonizada de Robert Foster y Michael Fox que fue lanzada en nuestro país directamente a DVD y obtuvo mediocres críticas.
-May-
No hay comentarios:
Publicar un comentario