jueves, 17 de marzo de 2011

Underworld 3: La Rebelión de los Licántropos


Valoración: 7/10

    Patrick Tatopoulos dirige la tercera entrega de la franquicia “Underworld” sobre licántropos y vampiros.
    En esta ocasión se ha optado por una precuela que sitúa al espectador en los orígenes de ambas razas, mucho antes de los hechos narrados en la primera parte. No en la creación de los vampiros y hombres lobo (cosa que es una lástima), sino en los inicios de su apogeo y, sobre todo, en el comienzo de la guerra entre ellas, nacida del rencor, la humillación, la venganza.
    “La Rebelión de los Licántropos”, como su título indica, narra cómo estos son sometidos como esclavos dentro de las fortalezas vampíricas y cómo uno de ellos, Lucian (Bill Nighy) originariamente privilegiado los lidera en su camino a la liberación. Este cabecilla mantiene una relación sentimental con la hija (Rhona Mitra) del cabecilla de la estirpe vampírica, Victor a escondidas… pero su situación se verá pronto comprometida y de antemano condenada. La Sangre está servida.

    Lo más destacable en esta nueva entrega de la saga reside en su ambientación, sus decorados, su vestuario y maquillaje continúan creando una estética muy aceptable, y más en esta ocasión que se viste de medievo y las balas se intercambian por espadas y flechas.
    Nada despreciables son tampoco las elecciones de sus dos protagonistas principales, la hija de Victor, interpretada por Rhona Mitra, dota al personaje de una fuerza bien equilibrada con la belleza, como ya hizo Kate B. , pero aderezada con un toque de exotismo que ya pudimos intuir en su intervención en “Doomsday”. Frente a ella, su amado, el cabecilla de la rebelión licántropa, Lucian, interpretado por Bill Nighy, que saca adelante el papel con mucha solvencia pese a lo serio de sus intervenciones cinematográficas anteriores, como “La Reina” o “Frost contra Nixon”… una vez que el espectado logra disociar su imagen de los roles que ha tenido y limita su visión al valeroso y enamorado hombre lobo, convence.

    En su contra juega un guión con demasiados agujeros, demasiadas incoherencias y contradicciones. Curiosamente este viene firmado por el que fuera el director de las dos primeras entregas de “Underworld”, Len Wiseman, y pese a haber creado una hermosa y trepidante historia para esta tercera, le ha faltado cuidar los detalles, aquellos que roban o regalan credibilidad a ciertas escenas clave. Igualmente flojos resultan muchos de sus efectos visuales que han querido ser grandilocuentes en batallas y secuencias de acción y hubiera sido mejor que sacrificasen cantidad por un poco más de calidad.

    En conclusión, una tercera parte interesante, con una historia maja, pero con bastantes flecos y medianamente bien presentada (con salvedades). Eso sí, muy entretenida y visualmente interesante para los amantes de lo oscuro. Aceptable.
Enoch

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