La película "Exorcismo en Connecticut", uno de los éxitos de público en lo que a cine de terror se refiere, está basada en una serie de hechos reales acontecidos en el estado de su título y que tuvieron mucha repercusión mediática. Te contamos los hechos reales, aquello en lo que se fundamenta la película, qué hay de verdad, qué hay de ficción, en qué es fiel y en qué no...
Los hechos tuvieron lugar en el 208 de Meriden Avenue, Southington, en el estado norteamericano de Connecticut en 1986. La familia Snedeker formada por el matrimonio de Carmen y Allen con sus tres hijos y una sobrina alquiló una casa en ese pueblo con el fin de vivir más cerca del hospital en el que Phillip, el hijo varón mayor, estaba recibiendo tratamiento por un cáncer.
Nadie dio importancia al detalle de que la nueva casa hubiera sido una funeraria, a pesar de que al limpiarla encontrasen utensilios para amortajar y enseres de carácter fúnebre.
Los problemas inexplicables comenzaron al poco de vivir allí, todos los miembros de la familia aseguran haber pasado mucho miedo y han contando cosas de aquella vivencia: que oían ruidos extraños, el agua del grifo que se conviertía en sangre y olor a carne podrida, visiones de fantasmas, apariciones de personas terribles de rostros feroces en cualquier lugar de la casa; incluso haber sido atacados sexualmente, tanto las dos mujeres como el padre; el hijo enfermo comenzó a cambiar su carácter llegando a agredir sexualmente a su prima, etc.
Ls Snedeker se pusieron en contacto con el matrimonio de parapsicólogos Ed y Lorrain Warren, quienes en los 70, también habían investigado la casa de Amityville, además de otros célebres casos de posesiones y encantamientos, como el de la casa encantada de los Smurl en Pennsylvania.
Los Warren hicieron sus pruebas, y llegaron a la conclusión de que todo era cierto y que la casa estaba habitada por demonios. Hasta 1989 y tras varios ritos de purificación, los Warren no consideraron limpia la casa, si bien por entonces los Snedeker ya habían dejado el lugar.
En 1992, el escritor especializado en terror Ray Garton novelizó la historia tras una meticulosa serie de entrevistas con los Snedeker y los Warren, el betseller "In a Dark Place: The Story of a True Haunting".
La controversia llega porque entre lo narrado por cada uno de los miembros de la familia perjudicada se han detectado contradicciones, como señaló en su momento Joe Nickell en un artículo en el Skeptical Inquirer, tratando de desmontar el engaño.
En este artículo también se trazaba la historia de la casa, habiendo hablado con otros ocupantes e invitados que dijeron no haber notado absolutamente nada raro allí. Y tampoco Garton deja bien ni a los Snedeker ni a los Warren, ya que en entrevistas posteriores de la escritura de su libro, declaró que las confidencias que le hicieron no le casaban entre sí y que los Warren en privado llegaron a admitir que los Snedeker estaban “locos” pero que lo más conveniente era rellenar los agujeros de la historia.
En el 2005, la cadena de TV Discovery Channel estrenó "A Haunting", una serie de docudramas mezcla de entrevistas reales y dramatizaciones de lo contado, acerca de fenómenos inexplicados de carácter parapsicológico. Y uno de los 39 episodios emitidos fue precisamente: A Haunting in Connecticut, la primera adaptación en película del caso y el precedente más claro del film de Peter Cornwel.
La idea para escribir el guión de Exorcismo en Connecticut les surgió a Adam Simons (otro sincero aficionado al género, autor del ameno documental The American Nightmare) y Tim Melcatfe (quien se asoció con Adam Simons desde que ambos son guionistas de la serie de TV Bones) tras ver el capítulo de A Haunting.
De hecho hay secuencias completas en Exorcismo en Connecticut que parecen adaptadas directamente del docudrama de Discovery Channel, sobre todo concentradas al principio, como el avistamiento del fantasma en la habitación de la niña mientras juega con su casa de muñecas o la escena del chico protagonista y su hermano pequeño en la camilla de embalsamar.
Pero las principales diferencias entre ambas adaptaciones son: que en el largometraje cinematográfico suaviza lo que cuentan los Snedeker eliminando los pasajes más escabrosos (el apartado sexual, por ejemplo), que desaparezcan por completo los Warren reemplazados por el sacerdote que interpreta Elias Koteas, que la atención maléfica se ha centrado sobre todo en el personaje del hijo enfermo en lugar de en toda la familia, y sobre todo en el final.
Y es que en Exorcismo en Connecticut no se privan de nada: no contentos con lo completo que es el caso real, el libro de Ray Garton o la versión de A Haunting, la pareja guionista aún mira también a Poltergeist o El sexto sentido (Elias Koteas le dice al chico que “averigüe qué quieren los espíritus”), y se atreve a añadir elementos referenciales del mundo esotérico ajenos a la historia original como son las sesiones espiritistas, los ectoplasmas o las fotografías de difuntos sin que ninguno de esos temas aporte nada a la trama. "
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- Kavik -
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