"Cada noche me quedo a solas, en la penumbra de mi habitación, y me miro al espejo, es en esos momentos cuando entro en otra dimensión distinta, en la dimensión de mi subconsciente, donde puedo ver..."
Cada noche me quedo a solas, en la penumbra de mi habitación, y me miro al espejo, es en esos momentos cuando entro en otra dimensión distinta, en la dimensión de mi subconsciente, donde puedo ver realmente quién soy, donde puedo bajar la coraza que me recubre, y abrirme a mí misma.
Me miro a los ojos, incluso mi mirada cambia, veo una expresión muy sincera, la misma expresión que tenía cuando era una niña. Dejo que mi mente se libere y comience a sacar ideas, problemas, sueños, añoranzas, amores, dejo que todo salga a la luz para hablar con mi yo reflejado.
Yo hago las preguntas y ella me responde. Me dice que todos mis temores tienen su fundamento, pues he pasado tanto que ahora desconfío por naturaleza de todo el mundo, pero que he de empezar a confiar un poco más en la gente, que no todo es blanco o negro, también existe el gris, pero yo no quiero ese gris. Quiero pureza y verdad a mi lado, tal vez sea algo imposible.
Una vez me ofrecieron el paraiso, pues bien, ya va siendo hora de buscar ese camino y llegar a la verdad de todo, llegar a descubrir quién es real o quién es un espejismo.
Ante ese espejo anoche volví a ser yo misma, la niña que se quedó clavada en un pasado muy lejano, la que sonreía por un simple saludo, la que se sonrojaba por una mirada o por una caricia, la pura de corazón.
Hoy vuelvo a vendar con un pañuelo mi corazón y vuelvo a ponerme la coraza, tal vez algún día se caiga, y llegado ese día ... quizá todo haya terminado para mí."
- Gabrielle -
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