Un profesor deberá enfrentar sus más enterrados traumas cuando reciba en herencia la antigua casa en Escocia donde residía de pequeño. La mera idea de regresar a ese lugar le resulta perturbadora, pues allí sufrió el terror de encontrarse frente a frente con una extraña criatura, un ser vestido con victorianos ropajes y con cabeza de búho. ¿Pesadilla?¿Realidad? ¿Una ilusión de la infancia, o un ser que aún puede perseguirlo en la realidad de su edad adulta? Sólo volviendo a sumergirse entre las paredes de ese lugar maldito podrá otorgarle respuestas y paz.
Lawrie Brewster se inspira en la obra de Lovecraf y
Slender para crear un relato oscuro y onírico donde nada es lo que parece y en
el que el velo de realidad y pesadilla es tan fino que de continuo se entrelazan.
Temáticamente la película es muy atractiva, los
insondables misterios del “Universo Lovecraft” y sus seres todopoderosos
siempre consiguen crear un estado de anticipación y ansiedad en la audiencia
que se adentra en sus creaciones. Las localizaciones y la oscura y onírica
atmósfera creada acompañan esa sensación de hallarse los protagonistas quedando
másy más atrapados en unas redes tejidas por la maldad misma.
Pero pese a este material de base y a estas virtudes, el
conjunto no termina de cuajar. La interpretación de su protagonista, Euan
Douglas, no reviste la autenticidad y pasión necesarias para que la audiencia
empatice con sus desventuras, lo que sumado a un errático y confuso guión y
montaje, hacen que el interés se disipe. El retrato de la pesadilla se confunde
demasiado con la realidad en un laberinto onírico sin salida donde más de uno
de los giros confundirá escalofrío con sonrisa y no transmitirá el terror
deseado.
Una buena idea y alguna que otra forma realmente
interesante, pero un todo que cojea, aburre y no hace honor a la inquietud que
promete hacer sentir. Prescindible.
Enoch
Trailer:
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