Valoración:4/10Un autobús con rumbo a Las Vegas se sale de la carretera y los cadáveres se amontonan, pero todo apunta a que ni el accidente es tal, ni que es en el mismo donde las víctimas perecieron.
La policía comienza a investigar, a reconstruir lo acontecido a través de los ojos de las propias víctimas utilizando para ello las filmaciones que ellos mismos realizaron en su viaje de pesadilla mediante cámaras y teléfonos móviles.
Olatunde Osunsanmi (La Cuarta Fase) dirige este film que mezcla dos estilos narrativos visuales que dividen claramente la película, el “metraje encontrado” para lo investigado y el clásico cinematográfico para la investigación en sí misma. Esto bien pudiera ser un acierto, dado el grado de “mareo” al que se somete normalmente al espectador con el “found footage” y lo rocambolesco y errático de sus movimientos de cámara. Podía haber buscado un equilibrio, pero lo cierto es que la (extensa) parte correspondiente a las filmaciones halladas, tiene tal volumen, velocidad, imprecisión y locura de giros y saltos de cámara, que genera una confusión que en lugar de subrayar el misterio, termina saturando al espectador.
Sorprende encontrar en una cinta de estas características a dos actores tan conocidos como Stephen Moyer (True Blood) o Radha Mitchell (Silent Hill), que encarnan a los dos principales investigadores que sufrirán con la audiencia repasando y debatiendo los videos encontrados en medio de la premeditada tragedia.
La idea no está mal, pero la presentación, confuso desarrollo e irrisoria resolución de los misterios deja bastante que desear por lo irregular de su narrativa y lo inverosímil de la situación. No obstante, y pese a que marea en exceso, el film no resulta demasiado aburrido, pero cae al olvido no más tarde de la aparición de sus títulos de crédito finales. Prescindible.
Enoch
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