Valoración: 7/10
“The Theatre Bizarre” es un atípico proyecto
cinematográfico provocador e hipnótico. Siete historias, siete directores
conocidos de la escena independiente del género de terror, si bien no de
primera fila en popularidad, sí de reconocida calidad, veinte mil dólares de
presupuesto para cada uno de ellos y libertad creativa absoluta.
Los directores son Douglas Buck, Buddy Giovinazzo, David
Gregory, Karim Hussain, Jeremy Kasten, Tom Savini y Richard Stanley y estas son
sus historias:
“The theatre bizarre” (Jeremy Kasten): Es el hilo
conductor entre el resto de historias inconexas, en ella veremos a una joven
entrando a un decadente teatro que emula al Grand Guignol de París del siglo
XIX y en el que hallará a un curioso narrador, Udo Kier… pasarán las historias
ante sus ojos y quizás se arrepienta de la atracción fatal que la condujo al lugar.
“The Mother of Toads” (Richard Stanley): Un ambiente
oscuro que envuelve al espectador en una atmósfera de cine clásico, tétrico y
con guiños a Lovecraft homenajeando su universo a través de las desventuras de
una pareja en la que el joven conocerá a una dama de las tinieblas interpretada
por una estupenda Catriona MacColl. Interesante, entretenida y bien dirigida y
escrita, para mi gusto si no el más original de los episodios de la película,
el más agradable de ver.
“I love you” (Buddy Giovinazzo): Una pareja, un
apartamento y una relación más que tormentosa plena de misterio, y sangre. Un
episodio potente y junto al primero, de lo mejor de la película.
“Vision Stains” (Karim Hussain): Una joven que inyectando
con una jeringuilla en sus ojos el liquido extraído a otras mujeres vive sus
vidas en un instante. Una de las propuestas más originales de la película,
tanto en lo visual como en lo argumental. Lástima que la idea no termina de
desarrollarse ni profundizarse y se queda a medio gas, pues el material de base
era tremendamente prometedor.
“Wet Dreams” (Tom Savini): De nuevo una pareja, deseo,
sueños, sexo y sangre, mucha sangre. Es el episodio de Savini uno de los más
ligeros en lo argumental pero generoso en la simpatía y gamberrismo sangriento,
guiño muy personal a un tipo de cine tan de moda en los últimos tiempos.
“The Accident” (Douglas Buck): Uno de los más breves episodios,
un accidente de tráfico, unos ojos que observan, una reflexión… un sinsentido que nada tiene que ver con nada
de lo presentado en el resto del conjunto de la película, ni en ambiente, ni en temática, ni en atmósfera, un pretendido
terror psicológico que queda en bostezo.
“Sweets” (David Gregory): Provocador episodio final donde
conoceremos la más absoluta perversión de la gula extrema, dulces y más dulces
pueblan escenas que si bien en principio pierden al espectador, pronto lo
asfixian en su caída a la perdición edulcorada y terrorífica… desagradable de
ver, pero un pedazo de buen cine que sabe a poco.
Una película irregular en el tipo y calidad de sus
historias, pero donde el espectador de cine de género encontrará
inevitablemente una, si no varias, donde disfrutar de celuloide realizado por
un equipo de personas con tablas y buen hacer. Además de ello, este viaje a las
tinieblas, da para mucho comentar y provoca de todo, menos indiferencia, y eso
siempre es loable en un proyecto de estas características. Interesante.
-Enoch-
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