jueves, 1 de marzo de 2012

Troll Hunter (Trolljegeren)


Valoración: 6/10

André Øvredal, un conocido director de publicidad noruego se sube al carro de las películas de cine fantástico y terror en formato “falso documental” con su película “Troll Hunter”(de la que también es guionista), que por su originalidad temática, más que por su formato ha conseguido colarse con más o menos éxito de público y crítica en el festival de Sitges y la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.

Una vez más un grupo de estudiantes filmando un documental es la excusa argumental para el supuestamente “real” filmado del metraje que compone el film. En esta ocasión siguen a un cazador, supuestamente de osos, del que no tardarán en descubrir que su presa es algo mucho más sustancioso, Trolls. Se destapará el hecho de que el gobierno, mediante funcionarios como el cazador protagonista, oculta y mantiene apartados de la visión pública a una ingente y diversa población de Trolls, y los estudiantes están dispuestos a cualquier riesgo para documentar este hecho y sacarlo a la opinión pública.

Diversas son las bazas a favor de esta producción, entre ellas, la ya comentada originalidad del planteamiento. El ya manido recurso del “cámara en mano” para dar realismo al supuesto documental está, en esta ocasión, bien equilibrada sin llegar a agotar la retina del espectador con locos movimientos que en otras producciones han terminado siendo agotadores y reiterativos. Por otra parte, el reparto está correcto en sus papeles (Otto Jespersen, Hans Morten Hansen, Tomas Alf Larsen), requisito imprescindible para un producto de estas características. Para terminar, otro aspecto que llama positivamente la atención es el cuidado diseño de las criaturas de la película, sorprende la creatividad con la que se presentan, la variedad, el nivel de detalle y la calidad del mismo.

En su contra y una de las mayores debilidades del producto es, a mi entender, la estructura de la película. Comienza planteando el misterio de una forma atractiva, termina de una forma trepidante, pero el área central es altamente reiterativa, los encuentros con los trolls, pese a diferenciarse cada situación, sigue el mismo esquema una y otra vez, y eso borra toda tensión, y, dependiendo del espectador, un interés que luego es costoso recuperar.

En conjunto, evaluando pros y contras, resulta una película interesante y fresca (un nuevo ejemplo de que el cine nórdico tiene mucho que decir y aportar) además de original, pero que podría haber sido, sin excesivo cambio, mucho mejor y más memorable de lo que finalmente resulta.

-Enoch-

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