Valoración: 5/10
Desde Suecia y dirigida por Björn Runge (quien ya firmara películas como “Mouth To Mouth” o “Al final del día”) llega esta producción sobre el maltrato, según un guión de Kim Fupz Aakeson. Participó en la Sección Oficial a concurso del 59 Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde, pese a su temática, dejó bastante frías opiniones entre público y crítica, aunque finalmente recibió el reconocimiento técnico a su fotografía, realizada por el afamado Ulf Brantas. En su país de origen corrió mejor suerte recibiendo varias nominaciones a los Premios Guldbagge y el reconocimiento a la actriz Ann Petrén.
“Happy End” es una historia coral, de historias cruzadas… con el maltrato físico o psicológico a la mujer como factor común en todas ellas. Madres, novias, hijas o desconocidas… todas ellas, víctimas de una sociedad que las intenta relegar, dominar. La galería de personajes que nos presenta Björn tienen diversos vínculos entre sí, pero levantan, mentira a mentira, muros que igualmente los separan, y siembran insondables sombras en sus relaciones…
Conmovedora a tramos, demasiado aséptica en otros, la película no arriesga en su denuncia, no profundiza ni llega a escandalizar, no hay catarsis con el espectador, y, siendo su origen nórdico y siendo este tipo de celuloide ajeno al miedo a sordidez en pantalla sorprende el cuidado tanto visual como argumental, con el que están tratados los temas para no herir a la audiencia… pero es un riesgo que, parcialmente, ha arrastrado al film a ser un tanto superficial, y ese hecho lo lastra demasiado.
Igualmente sorprendente es el uso de la premiada fotografía en esta película, acostumbrados como estamos a los fríos tonos (y más en films de sórdida temática como se presuponía este) en los largometrajes venidos de las tierras del norte, en esta ocasión se apuesta por unos tonos mucho más cálidos, más cercanos a la filmografía europea con la aparente voluntad de acercarnos a las emociones de los personajes que nos muestran.
En conjunto un film correcto, bien interpretado pero que no termina de calar ni en la emoción ni en el recuerdo del espectador.Pasable.
-Enoch-
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