Hausen - Till Kleinert y Anna Stoeva

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Título original: Hausen

Año: 2020

Duración: 57 min.

País: Alemania

Dirección: Till Kleinert (Creador), Anna Stoeva (Creador), Thomas Stuber

Guion: Linus de Paoli, Till Kleinert, Anna Stoeva, Thomas Stuber, Erol Yesilkaya, Alexandra Schulz, Annett Gröschner

Reparto: Long Dang Ngoc, Constanze Becker, Andrea Guo, Tristan Göbel, Stefan Haschke, Charly Hübner, Monika Oschek, Alexander Scheer, Michael Specht, Lilith Stangenberg, Daniel Sträßer, Kathrin Wehlisch, Béla Gabor Lenz, Jörn Hentschel, Rike Eckermann, Kaze Uzumaki

Música: David Chalmin, Bryce Dessner

Fotografía: Peter Matjasko, Carlo Jelavic

Compañías: Lago Film

Un padre, tras la fatídica pérdida de su esposa, se trasladará con su hijo adolescente a un destartalado y apartado complejo de apartamentos de las afueras donde trabajará como conserje. El lugar, semi abandonado, inhóspito y oscuro, les atrapará en sus oscuras fauces, alimentándose de su tristeza, apagando su vital energía como hace con el resto de residentes. Comenzará así para el joven una aventura contra lo desconocido, contra el negro corazón de un edifico presto a devorarlos a todos. 

"Hausen" parte de una muy interesante e inquietante propuesta y nos sumerge en un microcosmos regentado por la impenetrable oscuridad, por una húmeda suciedad y decadencia omnipresentes. Sin duda el trabajo de atmósfera y puesta en escena de la serie es sobresaliente (aunque a tramos el abuso de las tinieblas puede resultar cansino para la retina de la audiencia) logrando desplegar un terrorífico abanico de recursos que transforma el interior del edificio en las entrañas de algo más allá de la razón. Sin embargo, la calidad de su narrativa no está al nivel de su arrolladora fuerza estética, su guión avanza a trompicones, a un ritmo moribundo que logra desconectar el interés del espectador hacia un lugar, una historia y sus personajes (que podrían estar mejor trabajados). Lamentablemente, pasado el impacto inicial, el tedio toma el lugar de la sorpresa y el lento ulular del horror llama más al bostezo que a la inquietud. Desaprovechada.