Título original: Tenemos la carne
Año: 2016
Duración: 80 min.
País: México
Director: Emiliano Rocha Minter
Guión: Emiliano Rocha Minter
Música: Esteban Aldrete
Fotografía: Yollótl Alvarado
Reparto: Noé Hernández, María Evoli, Diego Gamaliel, Gabino Rodríguez, María Cid
Productora: Coproducción México-Francia; Piano / Detalle Films / Sedna Films / Estudios Splendor Omnia / Simplemente
Año indeterminado, edificios en ruinas constituyen un sinnúmero de estancias vacías de cemento y desechos probablemente pertenecientes a sus antiguos habitantes. Dos adolescentes buscan alimento entre los estercoleros de las habitaciones, pero por la dificultad de encontrar cualquier comestible tienen que realizar una alianza con un hombre que parece tener sus recursos para arreglárselas. El precio será convivir con él y navegar por sus extraños delirios.
El primer largometraje del director mexicano Emiliano Rocha Minter es un festival de violencia degradada, decorados fuertemente vaginales y parafilias entre la basura. Interpreto que ha querido mostrar un viaje simbólico por la inmundicia del ser humano, aunque no me importaría conocer más opiniones al respecto por si se me escapa algo.
Es digna de mención la fantástica interpretación de Noé Hernández, el protagonista curtido, aunque cuando está enmarcada en pis, mierda y una sucesión de escenas que poca importancia tienen incluso a nivel simbólico resulta harto difícil apreciarla en toda su bondad.
Estoy segura de que habrá público para esta propuesta simbólica de arte y ensayo con aspiraciones a algo así como La Montaña Sagrada de Jodorowsky, tal vez en más abundancia entre el público amante del teatro pulsional.
Pero, por supuesto, hay gente para todo y debe haber cine para todos. Esta no es para mí.
Pau.
Valoración:2/10
Trailer:
Año indeterminado, edificios en ruinas constituyen un sinnúmero de estancias vacías de cemento y desechos probablemente pertenecientes a sus antiguos habitantes. Dos adolescentes buscan alimento entre los estercoleros de las habitaciones, pero por la dificultad de encontrar cualquier comestible tienen que realizar una alianza con un hombre que parece tener sus recursos para arreglárselas. El precio será convivir con él y navegar por sus extraños delirios.
El primer largometraje del director mexicano Emiliano Rocha Minter es un festival de violencia degradada, decorados fuertemente vaginales y parafilias entre la basura. Interpreto que ha querido mostrar un viaje simbólico por la inmundicia del ser humano, aunque no me importaría conocer más opiniones al respecto por si se me escapa algo.
Es digna de mención la fantástica interpretación de Noé Hernández, el protagonista curtido, aunque cuando está enmarcada en pis, mierda y una sucesión de escenas que poca importancia tienen incluso a nivel simbólico resulta harto difícil apreciarla en toda su bondad.
Estoy segura de que habrá público para esta propuesta simbólica de arte y ensayo con aspiraciones a algo así como La Montaña Sagrada de Jodorowsky, tal vez en más abundancia entre el público amante del teatro pulsional.
Pero, por supuesto, hay gente para todo y debe haber cine para todos. Esta no es para mí.
Pau.
Valoración:2/10
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