Año: 2016
Duración: 116 min.
País: Estados Unidos
Director: Morten Tyldum
Guión: Jon Spaihts
Música: Thomas Newman
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Chris Pratt, Jennifer Lawrence, Michael Sheen, Laurence Fishburne, Andy García, Julee Cerda, Kara Flowers
Productora: Columbia Pictures / Lstar Capital / Village Roadshow Pictures / Original Film / Company Films / Start Motion Pictures
Una nave espacial surca el infinito hacia su destino, en un viaje hacia un planeta donde establecer una nueva colonia humana. En su interior, miles de personas duermen, suspendidas en hibernación, hasta que un inesperado accidente querrá que una de las cápsulas se desactive y despierte así uno de los tripulantes cuando aún al viaje le queda un siglo por delante.
Morten Tyldum (Headhunters, The Imitation Game) dirige esta película, un relato a caballo entre un thriller de ciencia ficción espacial y un romance clásico, con altas dotes de espectáculo visual y unas gotas de comedia. Un cocktail no apto para todos los gustos, pero que apunta directo al centro de la diana del entretenimiento.
El punto más flaco de la película reside en el guión de Jon Spaihts. Por una parte y para poder disfrutar de su propuesta, obliga al espectador a abstraerse de lo inverosímil de muchas de las situaciones presentadas y la reacción de sus protagonistas. Por otra, plantea una galería de aspectos filosóficos, éticos y morales dignos de haber profundizado en ellos, pero que son meramente planteados, para que sea el espectador, y no la película, quien los analice. Con ello se aleja, por voluntad propia, de poder haber sido una obra de ciencia ficción seria o sesuda (como fueron, por ejemplo, "Gravity" o "La Llegada") para erigirse como una propuesta más lúdica apuntando al entretenimiento, el deleite visual y la emoción.
En cuanto a sus virtudes, encuentro muy acertada la labor del casting, poniendo al frente del reparto a Jennifer Lawrence y Chris Pratt, una pareja atractiva, carismática y que logra una estupenda química entre ellos. Agradable elección me parece también la de Michael Sheen para encarnar el androide, compañero y confesor tras la barra del bar, una interesante creación.
Pero si algo es espectacular en "Passengers" es su vertiente técnica: Los efectos visuales (con alguna escena, como la de la piscina, que corta el aliento), la banda sonora de Thomas Newman, y, sobre todas las cosas, un diseño de producción absolutamente impresionante que nos regala no sólo una nave impecable, sino una ambientación de sus espacios brutal (con más de una referencia cinematográfica deliciosa). Con todo ello, la atmósfera en la que se mueven los protagonistas de esta historia es estupenda, creativa, lujosa y deslumbrante.
En conclusión, "Passengers" es una aventura espacial con romance incluido a la que enfrentarse despojados de toda pretensión y expectativa, dejándose llevar por sus emociones, sorprender por sus regalos visuales y sin tratar de buscar nada más allá del divertimento y entretenimiento cinematográfico. No es una obra magna de la ciencia ficción, pero sí estupendo cine palomitero de primera.
Enoch
Valoración:7/10
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