Año: 1964
Duración: 114 min.
País: Estados Unidos
Director: Edward Dmytryk
Guión: John Michael Hayes (Novela: Harold Robbins)
Música: Walter Scharf
Fotografía: Joseph MacDonald
Reparto: Susan Hayward, Bette Davis, Mike Connors, Joey Heatherton, Jane Greer, Deforest Kelley, George MacReady, Anne Seymour, Walter Reed, Ann Doran
Productora: Paramount Pictures
Una madre y una hija de la alta sociedad tienen una tensa relación plagada de reproches y traiciones. El intento de la progenitora de arreglar un matrimonio que entiende beneficioso para su hija se tornará en su contra cuando ambos se alíen para romper relaciones con ella. Pero la idílica pareja pronto entrará en un infierno de desesperación donde imperan el alcoholismo y los abusos físicos y psicológicos que los conducen, junto a todos los que los rodean, hacia un final trágico y sangriento. Pero... quién es el verdadero culpable de la desgracia?
Edward Dmytryk (Espejismo, El Árbol de la Vida, La Montaña Siniestra...etc) adapta la novela de Harold Robbins para dar foma a este melodrama que pese a su inofensiva apariencia se adentra en lo más oscuro de las relaciones familiares envenenadas.
El trabajo de guionizar la historia,a cargo de John Michael Hayes, estructura el relato de una forma estupenda, partiendo de un presente sangriento y destruído para inmediatamente lanzarnos a los orígenes de los distintos personajes, al cómo eran y cómo las relaciones que se van estableciendo entre ellos van oscureciendo su existencia hasta arrastrarlos a las tinieblas del crimen. Dosifica la información con sabiduría y dibuja una galería de caracteres en absoluto maniquea y donde la culpa se destila de todos y cada uno de ellos, pues tras cada cual late un, en absoluto maquillado, lado oscuro.
Nada sería de esa película sin un abanico de intérpretes que sepan dar vida y verosimilitud a los protagonistas. En líneas generales saldan de forma correcta su labor (pese a que encuentro un tanto falta de verdad, a tramos, la interpretación de la protagonista, Susan Hayward), pero es Bette Davis, la poderosa matriarca cuyos tentáculos se extienden sobre cada uno de los hechos narrados, quien, pese a sus breves apariciones, domina y marca el tono de la pelìcula.
En conclusión, Dmytryk nos regala un interesante melodrama teñido por la sangre de un misterioso crimen que, pese a mostrarse en la primera escena, no roba el interés sino que lo dispara despertando la curiosidad del espectador sobre qué ha conducido a los personajes a tan caótica y trágica situación. Bien realizada y correctamente interpretada es ideal para pasar un buen rato de buen cine.
Enoch
Valoración:7/10
Escena:
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