Valoración: 7/10
Jon Wright firma la dirección de esta comedia irlandesa
basada en un guión de Kevin Lehane de ciencia ficción que le ha abierto la puerta
a diversos festivales de género donde se ha proyectado con bastante éxito y
aceptación entre el público, como sucedió en la XXIII Semana de Cine Fantástico
y de Terror de San Sebastián.
“Grabbers” nos ubica en una aislada isla irlandesa junto
a la que la mala suerte querrá que se estrelle en el mar un objeto venido del
espacio exterior, portador de unas criaturas que no tardarán en sentirse
hambrientas de sangre. Una policía de reemplazo, un oficial eternamente
borracho y un científico tratarán de detener la invasión y la consiguiente
aniquilación de la población local, y sólo dispondrán de un arma, el
conocimiento de que los vampíricos alienígenas no soportan la ingesta de
alcohol mezclada con la sangre de sus víctimas… la aventura y la carcajada
están servidas.
Un guión sencillo para una historia amable, entretenida y
plena de diversión y carcajadas. Pero Grabbers va más allá… Viste su puesta en
escena con la elegante fotografía de Trevor Forrest que saca el mayor partido
de los paisajes donde se desarrolla la acción y regala imágenes de verdadera
postal. El elenco de actores protagonistas (capitaneados por Richard Coyle,
Ruth Bradley y Russel Tovey) bordan sus estereotipados y caricaturizados roles,
y el colectivo de secundarios que les rodean plagan la película de divertidos
guiños cómplices con la audiencia. Igualmente de nivel, resulta el acabado
visual de la película en cuanto a efectos especiales se refiere. Los diseños de
las criaturas que más allá de ser sugeridas, protagonizan espectaculares
escenas a toda pantalla, destacan por su calidad para una producción de estas características
y dimensiones.
Es por todo ello “Grabbers” un film que si bien no
resulta inolvidable ni una joya del celuloide, sí cumple sus funciones de
entretenimiento y diversión erigiéndose como una comedia de ciencia ficción
como hacía tiempo no se veía (de hecho tiene un estupendo “tufillo” a década de
los ochenta en sus personajes, situaciones y puesta en escena que la hace aún
más entrañable) accesible para cualquier público y digna de visionado y
disfrute. Interesante y divertida, sobre todo, divertida.
-Enoch-
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