Valoración:
6/10
Matthias Hoene
(Beyond the Rave) dirige este nuevo humorístico giro a la “comedia zombie” tras
la omnipresente estela de “Zombies Party”. Su creación le ha permitido
participar en diversos festivales de género alzándose con el máximo galardón en
la XXIII Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y en el Alter Dark
Festival de Toronto, entre otros reconocimientos.
La película
nos ubica en el East End londinense (de donde es originario el director del
film), un lugar a cuyos habitantes se les denomina Cockneys (y se caracterizan
por su tendencia a realizar rimas y circunloquios
para llegar a la definición que buscan y a arriesgarlo y darlo todo por los
suyos). Allí conoceremos a unos hermanos que unidos a otros atípicos personajes
intentarán perpetrar un atraco a un banco para salvar la institución geriátrica
donde reside el abuelo de ambos… Pero algo inesperado sucede, la ciudad es
tomada por una invasión zombie y habrán de reformular sus planes para salvar a
los ancianos además de sus propias vidas.
El elenco
protagonista (formado por: Michelle Ryan, Georgia King, Alan Ford, Lee Asquith-Coe, Harry
Treadaway, Honor Blackman, Richard Briers y Rasmus Hardiker) crean un grupo que
mayormente funciona, unas interpretaciones correctas para unos papeles sin
demasiado trasfondo y un tanto planos pero efectivos en su interacción y
despertar de simpatías. Por su parte, el maquillaje y efectos visuales, amén de
otros factores técnicos, tienen una
factura de calidad para una película de estas dimensiones, eso sí, sin aportar
nada nuevo al género sino bebiendo de pasadas inspiraciones.
Y ahí se encuentra
el principal problema de la película… ¿Es entretenida? Sí. ¿Es Divertida?, Por
supuesto. ¿Aporta algo nuevo? En absoluto. Todo suena a ya visto, encontramos una
forma de contar las historia que nació con “Zombies Party” y cuya fórmula aún
funciona, pero que resulta manida. Aporta nuevos guiños con grandes momentos cómicos
protagonizados por los ancianos, pero el esqueleto del film es prestado de
anteriores producciones. Igualmente su grandilocuente final resulta excesivo y
un tanto tramposo.
Pese a
estos lastres, “Cockneys vs. Zombies” es un producto de fácil consumo y que
proporciona un alto nivel de entretenimiento y diversión a la audiencia, sobre
todo para un visionado entre amigos, pero que, cinematográficamente hablando,
no deja poso alguno ni marca hito alguno en el género al que se adscribe. En mi
opinión y pese a los galardones recibidos, ha sido sobrevalorada por la
audiencia en los festivales donde ha participado, no obstante, recomendable
para pasar un buen rato sin más.
-Enoch-
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