Juan Antonio Bayona, tras el éxito de su película "El Orfanato" regresa por la puerta grande con una película de primera línea inspirada en la experiencia real vivida por una familia durante el desastre natural acontecido en 2004 en el sudeste asiático, un tsunami que sesgó cientos de vidas y destrozó cientos de familias.
María y Henry se desplazan a pasar la navidad a un resort de primera línea de playa junto a sus tres hijos, un lugar idílico, un paraíso tropical donde relajarse y olvidar las preocupaciones. Pero de repente, la furia de la naturaleza se desata y una ola inmensa se alza arrasando todo a su paso, separando a la familia y arrastrándolos hacia la muerte. Esta es la historia de su lucha por la supervivencia y la desesperada búsqueda a la que les fuerza el desastre.
Presentada con éxito en los festivales de Toronto y San Sebastián, "The Impossible" ha cosechado el favor de crítica y público y la unanimidad en la valoración del primer tercio de metraje como uno de las más angustiosas, realistas, viscerales y terroríficas recreaciones visuales de un desastre natural en la gran pantalla. La dureza de las imágenes encoge el ánimo del espectador, el horror traspasa las retinas y se instala en las entrañas y la empatía que consigue Bayona con las vivencias mostradas es inevitable.
La segunda parte de la película, la epopeya de búsqueda y supervivencia de aquellos miembros de la familia que ganaron la batalla contra el poder de la rabia del océano busca un camino distinto para llegar a la audiencia dejando a un lado la sangrienta angustia para tocar la emoción y el corazón. Una potente banda sonora a cargo de Fernándo Velazquez y unas desgarradas interpretaciones fluyen junto a un guión que manipula y guía al espectador a terrenos donde la lágrima es buscada y conseguida.
Con todo ello es "Lo imposible" una película que arranca en lo espectacular sin perder realismo ni ahorrar horror ni sangre, que camina por la aventura desgarrada y termina con un baño de emociones. Un éxito que subraya que el buen cine, además de lo artístico, puede beber del espectáculo, la emoción, y sobre todo el entretenimiento más visceral. Altamente recomendable.
-Enoch-
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