miércoles, 9 de noviembre de 2011

Evan (VII)



Jane duerme sosegada apretada contra mi cuerpo, su relajada respiración acompaña mi insomnio y el embriagador aroma de su piel provoca cruelmente mi raciocinio..
Donde encaja este perfecto y frágil momento en mi amenazadora realidad? En que vida habría hueco para su ondulado cabello descansando cada noche sobre mi almohada..? cosquilleando deliciosamente mi pecho?... suspiro... en una donde perseguir y ser perseguido sea el motivo por el que me despierto todos los malditos días?... ese es mi sino, no el suyo..

Perpetuamente, mi vida va trazando su camino a base de pulsos, de luchas... al margen de mis deseos, ignorando mis anhelos, burlándose de mi corazón. Jane... mi debilidad obraría en su vida una vida de infierno…

Una lágrima se escurre por mi mejilla cuando doblego su mente profundizando su sueño... escaso el tiempo antes que amanezca, demasiado poco para decirle adiós..
Me levanto abatido y registro como un ladrón en su bolso una cartera en busca de su dirección.

Dos minutos para vestirme… otros dos para abrigarla entre las sábanas y en dos más estamos en el coche dejando atrás una cama vacía, todavía caliente, protestando muda por lo que acunaba y yo arranqué.

Me introduzco sigiloso como siempre en un acogedor dormitorio, de tonos cálidos y dulce decoración. Tentado a curiosear, a memorizar, cada colorido cuadro en la pared, cada libro colocado cuidadosamente en los estantes, cada fotografía de la cómoda, Volteo la vista acongojado y la arropo con falsa serenidad en una hermosa cama cubierta impecablemente por la sedosa textura de edredón nórdico, cautivador lecho donde mi cuerpo arde en deseos por yacer..

Vacilando ante la decisión de borrarle la memoria y sin comprender aun el fallido intento de la ultima vez, opto por dedicar 1 ultimo minuto para escribir una escueta despedida...cínica y dolorosa, necesaria…

“En mi vida no hay lugar para ti, olvídame o recuérdame, pero no me busques. Evan”

Cualquier determinación tomada me parece una crueldad, sin embargo prefiero su odio a que me rastree mañana y fallen mis fuerzas para alejarla de nuevo.

El furioso rugido del motor acompaña la voz telefónica de Mike cuando arreglo con él liquidar el traslado. Otro mas..

- Disponme urgente el nuevo piso Mike, la calle 42 ya no es segura.

Que ha pasado jefe? Vampiros? Tengo noticias frescas de esta misma noche…

- Tan solo hazlo -Gruño secamente-, sabes que odio estar en ese jodido zulo por muy provisional que sea. Búscame esta noche y me pones al corriente.

- Dos días y estará todo listo. En la nevera tienes comida. Ten cuidado.. por favor…

-Siempre lo tengo, cachorro.

La casa franca del norte me da la bienvenida con su rancio olor a humedad y a vacío, a tiempo para protegerme del malévolo amanecer.
Incapaz de reprimir por mas tiempo mi ira grito desgarrando el silencio que despedaza mi alma. He desterrado su suave respirar y lo he reemplazado por una insoportable… nada… bendito insomnio el que me permitía saberla a mi lado.

Aprieto lo puños con fuerza, mi corazón bombea desbocado alterando el ritmo de mi respiración… comienzo a sudar... a temblar.., mi naturaleza maldita se despliega por cada poro de mi piel.. me postro de rodillas apretando las manos contra mi cara, inútil intento por evitar lo inevitable.. transformándome en lo que mas desprecio. Dos afilados colmillos rasgan la carne de mis palmas y un hilillo de sangre tinta el frío suelo de rojo.

Dejo de ser yo.

Se desata mi sed por el preciado líquido vital, la química satura mi cerebro, clamando con exigencia saciar su apetito voraz.
Carente de determinación y cordura, emprendo mi insensata cacería alejándome de la seguridad de mi guarida..
No llego muy lejos. Los primeros rayos de sol azotan mi cuerpo abrasando mis venas, y me encojo de dolor ocultándome de nuevo entre las sombras de la casa…
Exhausto, maldigo mi condición una y otra vez, mientras, mis colmillos se retraen devolviendo la calma a mi maltrecho cuerpo..
Ningún pensamiento esperanzador anida en mi mente ya... sucumbir o morir... Ya no puedo más…
-  Sikeray - 

No hay comentarios:

Publicar un comentario