Valoración: 7/10
Dennis Gansel firma esta vampírica producción alemana como director, así como co-guionista junto a Jan Berger. Gansel sorprendió con el giro temático que representa este film, pues su fama a nivel europeo le vino dada por su anterior trabajo, bien diferente, la conocida “La Ola”. La película “Somos la noche” gozó de un mayor presupuesto y una carrera que incluyó su presencia en diversos festivales (como la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, Sitges –donde ganó un discutido premio especial del jurado- …etc) con desigual resultado en reacciones de crítica y público.
La película nos narra las correrías de un trío de vampiresas sedientas de sangre y diversión que entrarán en contacto con Lena, una joven humana perdida, sin rumbo… Pese a la diferencia entre ellas, pronto la sangre las unirá y los efectos de la inmortalidad harán su trabajo, y cobrarán su precio. Lena descubre, de la mano de la vampiresa líder, Louise, un nuevo mundo… y unas nuevas reglas, reglas que relegan a un joven policía, Tom, inexorablemente atraído por ella, a lo prohibido… es tiempo de elegir.
En unos tiempos donde la figura del vampiro en el cine se encontraba ya totalmente alejada de las pautas marcadas por el clasicismo, Dennis Gansej da un (muy de agradecer) paso atrás y de nuevo, estas sobrenaturales criaturas vuelven a no reflejarse en los espejos, ostentar colmillos, desear la sangre, trivializar la humana muerte… Pero estos vampiros, vampiresas en el caso que nos ocupa, no viven ancladas en el pasado, al contrario, se sumergen en la vida nocturna de las actuales urbes más elitistas y la exprimen al máximo (como bien versa uno de los temas musicales principales del film, “Nightlife” de IAMX) disfrutan de las fiestas más brutales, toman cuanto se les antoja, beben, disfrutan de la velocidad y el lujo…
La película mezcla diversos elementos y subgéneros, mezcla el romance con el drama, la acción y flirtea con el cine de terror en esta fantasía plagada de rostros conocidos del cine alemán, como Nina Hoss (“La Masai Blanca”) en el papel de la vampiresa jefe, Louise, o Karoline Herfurth (“El Perfume”) como Lena. Nos muestra un clan de chupasangres donde cada figura representa una tipología de vampiro distinta… el hedonista, el existencialista, el eterno buscador del amor inmortal… cada cual, encarnada en una de las actrices, salda su interpretación con éxito, ninguna inolvidable, pero todas más que correctas.
El film sorprende por su calidad técnica (visto a lo que el cine europeo nos tiene acostumbrados en estos géneros), sus efectos especiales y maquillaje, así como una más que trabajada banda sonora que desde los brillantes créditos iniciales al ritmo de “Self fulfilling prophecy” de Scala y& Kolacny Brothers (curioso guiño a ritmo de coral que recuerda los primeros compases de “Entrevista con el vampiro” de Neil Jordan) nos muestra a estas vampiresas desde sus clásicos orígenes hasta su actual adaptación donde ya atruena toda una galería de música electrónica cuidadosamente elegida.
No estamos ante ninguna joya cinematográfica, pero al menos sí ante una obra que, aunque actualiza el mito del vampiro, lo hace con respeto a su base clásica y oscura (muchos han criticado lo trivial que se ha podido pintar la inmortalidad en esta película… muchos habrían de demostrar que no se comportarían en una u otra forma como hacen las protagonistas de la película cuando la ausencia de mortalidad y la posibilidad de eternidad se abre ante ellas), tiene una factura técnica más que aceptable, así como sus interpretaciones… en conjunto y en resumen, una película entretenida, digna, y por encima de la media del subgénero de vampiros de los últimos años. Recomendable.
-Enoch-
No hay comentarios:
Publicar un comentario