martes, 28 de febrero de 2012

Intocable (Untouchables)


Valoración: 8/10

“Intocable”, una película de Olivier Nakache y Eric Toledano de la que nadie sabía muy bien qué esperar en los tiempos en los que fue seleccionada para clausurar el 59 Festival Internacional de Cine de San Sebastián y que dejó boquiabiertos a críticos y, sobre todo, público en general, que quedó doblegado a su encanto. Tras este prometedor comienzo, sólo éxitos y premios (César al mejor actor para Omar Sy, Mejor película y actor para el tándem protagonista en el Festival de Tokyo…etc) han estado en la carrera de esta película que ha batido todos los records de recaudación en taquilla en su país de origen, Francia.

El film gira alrededor de dos personajes totalmente antagónicos. Por un lado tenemos a un multimillonario, interpretado por François Cluzet, que, víctima de un accidente, se ve condenado por su tetraplejia a la dependencia y atado a su silla de ruedas. Por otro encontramos a un joven inmigrante recién salido de la cárcel, alocado y pleno de vida, encarnado por Omar Sy. El encuentro entre ambas personas, ambos mundos y sobre todo, ambas formas de ver la vida, es inevitable. El joven será contra toda lógica contratado para cuidar del millonario… y como toda relación entre extremos opuestos, será turbulenta, en lo bueno y en lo malo.

Un personaje limitado por una tara física, otro personaje que vive más allá de los límites… un cocktail explosivo que sólo ha podido funcionar gracias a unas interpretacionse más que brillantes por parte de los dos actores principales, que bordan unos papeles creíbles, cercanos y muy veraces con lo que la audiencia no encuentra dificultad alguna para la empatía y emocionarse con ellos con cada logro y sufrir con ellos cada desgracia. A su alrededor una galería de secundarios (Anne Le Ny, Audrey Fleurot, Clotilde Mollet, Joséphine de Meaux, Alba Gaia Bellugi, Cyril Mendy, Christian Ameri, Marie-Laure Descoureaux, Gregoire Oestermann…) más que correctos y una factura técnica estupenda que mezclados con un guión ágil, más orientado a la sonrisa que a la lágrima fácil, nos regala un retrato sobre la amistad y la capacidad del ser humano para seguir adelante muy bien trabajado y accesible que no se pierde en los tópicos habituales. Una comedia para todos los paladores elegantemente filmada e interpretada, recomendable.

-Enoch-

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