El film supone un viaje en el tiempo a la década de los setenta, a los momentos donde la música disco tuvo su máximo esplendor. Los nuevos ritmos harán latir los impulsos criminales de un joven asesino en serie, un americano exiliado en Montreal que atemorizará a una despreocupada generación...
A priori diversos son los factores que hacen esta producción atractiva pese a su modestia. Entre ellos el cuidado y entrega de su director, mimo que suele dotar a las películas de un toque especial y personal que aquellas nacidas de la gran industria están perdiendo. Sumado a este hecho, la ambientación milimetrada que parece tener y que nos puede transportar lejos del presente en que vivimos y marcar la diferente, y finalmente unos buenos resultados entre la crítica de los eventos por donde va pasando.
No obstante es una apuesta atípica, diferente y arriesgada... esperaremos resultados y sorpresas.
Para ir abriendo boca os dejamos el trailer bajo estas líneas:
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