Desde Suecia llega esta atípica producción de vampiros dirigida por Tomas Alfredson y que ha sido premiada en innumerables festivales, como el de Tribeca, el de Goteborg, la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián e incluso en los otorgados por la Nacional Board of Review (Asociación de críticos americanos) donde fue elegida como una de las cinco mejores películas de habla no inglesa del 2008, y un largo etcétera …
En ella se nos narra la historia de Oskar, un solitario niño de 12 años, repudiado y torturado por sus compañeros en el colegio, totalmente infeliz… Una noche cualquiera entabla amistad con una extraña niña de su edad aún más solitaria que él y también diferente, pues es una vampiresa. Ambos sufren en su día a día, él el rechazo e incomprensión de cuantos le rodean, ella el hambre, el aislamiento y la dependencia… su amistad es inevitable, pero el miedo es una barrera a superar…
Como ya hiciera Sofia Coppola con sus “Vírgenes Suicidas”, Tomas Alfredson nos lleva al infierno de la niñez, sus miedos, sus traumas… su tono es bien distinto, pero el mensaje permanece intacto.
La película destila belleza y dolor en cada uno de sus fotogramas, la eterna nieve, el gélido frío en el clima y los corazones de cuantos rodean a los protagonistas… El guión nos lleva por situaciones hermosas, salvajes, dolorosas… una dulce montaña rusa de sensaciones donde el público va sentado detrás de dos niños con miedo a todo, sin miedo a nada.
Muchas son las ideas y los mensajes que se ocultan tras cada escena de esta película, diversas las lecturas y eternas las interesantes discusiones que genera entre el público tras su visionado… nos habla de soledad, de acoso escolar, de abandono, de miedo, de las necesidades más básicas de afecto en forma de amistad, de amor, todo ello como método de supervivencia… porque… acaso no todos somos vampiros sedientos de aquello que necesitamos del prójimo???
Pese a la poca experiencia de su director, esta “Déjame Entrar” es pura poesía en imágenes, capaz de enternecer al espectador con la escena más sangrienta e inquietarlo con la más cotidiana y usual.
Desde aquí recomiendo encarecidamente esta película, disfrutar sus innumerables inolvidables escenas (qué pasa si no invitas a un vampiro a entrar y aún y todo lo hace?) reto a quienes la vean a discernir qué hay de amor, qué hay de amistad, qué de manipulación… quiénes son héroes, quiénes villanos… discutirlo con quien se comparta el visionado de esta pequeña joya del norte que para más de uno, entre los que me incluyo, es ya un film imprescindible y, sin duda, lo mejor que dio el 2008 al cine fantástico.
ENOCH
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