Desde Canadá llega esta película dirigida por Andrew Currie y tratando un tema tan manido dentro del cine fantástico y de terror como son los zombies… pero consiguiendo darle otra vuelta de tuerca y regalarnos una película bien original y divertida.
El film nos ubica en una sociedad donde, debido a las guerras químicas, los muertos no se mantienen más bajo tierra, apenas mueren, recobran la vida y se transforman en zombies ávidos de carne humana. Pero surge una más que útil solución, y esta reside en un collar que domestica a los zombies y los transforma en unas ideales mascotas indispensables para cualquier hogar, además de que les programa para realizar las tareas domésticas y todo aquello que sus dueños deseen. Tener un zombie en casa se erige como marca de poderío económico y social.
En este entorno nos sumergimos en la vida de una familia concreta, con un padre que teme a los zombies, su esposa que desea tener uno a toda costa para no ser menos que sus vecinas y un hijo rebelde que hará buenas migas con el zombie que entra en sus vidas, que no es otro que “Fido”, quien da título a la película. Con la llegada de el nuevo y putrefacto miembro de la familia, comienzan sus divertidas y ora tiernas ora sangrientas aventuras.
Protagonizada por Carrie-Anne Moss (la inolvidable Trinity de “Matrix”) y por un elenco de actores que bordan sus papeles, “Fido” se erige como una muy efectiva comedia con una muy cuidada ambientación e inteligente guión. Las surreales situaciones que presenta (inolvidables los anuncios recordando a la población el peligro de tener a los abuelos en casa por si mueren y atacan a su familia), la ternura nacida del más puro gore y la consecución de crear un personaje tan entrañable como Fido hacen que merezca sin duda la pena verla.
Altamente recomendable.
Enoch
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