miércoles, 6 de octubre de 2021

Titane - Julia Ducournau


Título original: Titane
Año: 2021
Duración: 107 min.
País: Francia
Dirección: Julia Ducournau
Guion: Julia Ducournau
Fotografía: Ruben Impens
Reparto: Vincent Lindon, Dominique Frot, Agathe Rousselle, Nathalie Boyer, Myriem Akeddiou, Théo Hellermann, Anaïs Fabre, Mehdi Rahim-Silvioli, Lamine Cissokho, Céline Carrère, Mara Cisse
Productora: Coproducción Francia-Bélgica; Kazak Productions, Frakas Productions

Un fatídico accidente de coche hará que, para salvar la vida de una niña, le deba ser implantada una placa de titanio en el cráneo. Años después, seguiremos sus andanzas ya como adulta. En su camino se cruzará la búsqueda del amor, el crimen, y un hombre desesperado cuyo hijo desapareció mucho tiempo atrás...



Julia Ducournau, quien dirigiera la polémica "Crudo", vuelve a generar impacto, ahora aún mayor, con su nuevo trabajo, una película atrevida y retadora que le ha lanzado al estrellato por alzarse con ella con el máximo galardón del festival de Cannes y presentarla posteriormente en el 69 Festival Internacional de Cine de San Sebastián. 

"Titane" pone ante nuestros ojos dos interpretaciones dignas de aplauso, pues ambas resultan tan intensamente físicas como emocionales, además de caminar por sendas fuera de lo habitual para lograr trasmitir la esencia de sus personajes. Nos referimos a Agathe Rousselle, en la piel de la la camaleónica protagonista, y a Vincent Lindon, que pese a tener un papel secundario, roba toda la atención con su atormentada y misteriosa creación. 

En cuanto a lo visual, la película se viste de una agresiva e hipnótica labor de fotografía, factor que se ve subrayado por una cámara que danza al ritmo de su trepidante atmósfera musical para regalarnos perspectivas inusuales y virtuosas que terminan de dar consistencia al hechizo. 

Atendiendo a lo narrativo, "Titane" es una cinta desafiante, que esconde en sus fotogramas numerosos temas de máximo interés, y se atreve a plasmarlos a través de atrevidas, incómodas, inusuales y salvajes alegorías. La pérdida, la soledad, el desarraigo y, sobre todas las cosas, la búsqueda de identidad, infectan su metraje. Quizás lo vertiginoso del film y el volumen de ideas que condensa puedan rozar el exceso y quedar ciertas partes de interés apenas esbozadas, pero es sin duda un psicodélico viaje que merece la pena y no dejará el mismo sabor de boca e interpretación en dos espectadores, lo que es todo un logro.

Con todo ello estamos ante una película distinta, no apta para todos los gustos, pero de aquellas elegidas que dan un golpe sobre la mesa y plantean nuevas formas de cine. Ducournau libera a la bestia interior, y mediante el caos, desata la creación. Muy interesante. 

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