viernes, 8 de octubre de 2021

Earwig - Lucile Hadzihalilovic


Título original: Earwig
Año: 2021
Duración: 114 min.
País: Reino Unido

Dirección: Lucile Hadzihalilovic
Guion: Lucile Hadzihalilovic - Novela: Brian CatlingGeoff Cox
Música: Warren Ellis, Augustin Viard
Fotografía: Jonathan Ricquebourg
Reparto: Romola Garai, Paul Hilton, Alex Lawther, Martin Verset
Productora: Coproducción Reino Unido-Francia-Bélgica; Anti-Worlds, Petit Film, Frakas Productions, BFI Film Fund, Film 4

Un hombre cuida de una misteriosa niña cuyos dientes, de hielo, ha de reponer una y otra vez. Solos, encerrados en un piso decadente de ventanas condenadas, sumidos en las tinieblas y el silencio. Sólo él se comunica con unas misteriosas figuras del exterior a través de llamadas telefónicas, sólo él hace incursiones al mundo... El tiempo pasa, y el momento de entregar a la niña se aproxima. 


Lucile Hadzihalilovic vuelve a desplegar su misterioso lenguaje cinematográfico para crear una obra hermética, un trabajo que de nuevo le abrió las puertas a participar en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde, una vez más, se alzó con uno de los galardones, el Premio Especial del Jurado. 

"Earwig" tiene su más potente apuesta en la ambiente que logra crear. Su tenebrosa fotografía, malsana y enfermiza, marca el tono del film, lo que sumado a una dirección artística donde la suciedad, el abandono y lo inquietante campan por doquier, genera un magnífico opresivo entorno. Además de esta arriesgada apuesta, la película reviste un sumo cuidado al sonido a cargo de Warren Ellis y Augustin Viard, que más allá de una banda sonora, generan una atmósfera extraña y sumamente hipnótica. 

Pero es en la narrativa donde "Earwig" termina de desmarcarse de cualquier tipo de normalidad. Su directora nos va entregando piezas de la existencia de la atormentada galería de personajes, inconexas, confusas y difíciles de encajar. Piezas de una historia de destinos rotos, mujeres asfixiadas por la masculina dominación, fragmentos con los que el espectador deberá elaborar su propio relato. 

Con todo ello estamos ante una verdadera rareza cinematográfica, un experimento no apto para todos los paladares que requiere de la audiencia un abandono a lo sensorial y un esfuerzo en lo estructural. Una película que incomoda y descoloca a la par que llama al interesante debate. 

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