Valoración: 7/10
Eric Tessier dirige esta peculiar producción canadiense basada en el guión de Patrick Senécal, combinando elelmentos de thriller y terror psicológico.
El film nos cuenta la desafortunada historia de Yannick, un adolescente que, tras sufrir un accidente con su bicicleta llama, pidiendo ayuda, a la puerta equivocada. Esa casa en la que busca auxilio no es otra que aquella a la que se refiere el título, que es su dirección, “5150, Calle de los Olmos” (o, como se vería en inglés, fantástico guiño a otra ubicación mítica en el género “5150 Elm Street”) y está habitada por la familia Beaulieu que permitirá su entrada en la residencia, pero nada es lo que parece, y el protagonista, una vez cruzado el umbral de la casa, comenzará su oscura aventura…
El equipo de intérpretes (Marc-André Grondin, Normand D'Amour, Sonia Vachon, Mylène St-Sauveur, Élodie Larivière, Catherine Bérubé, Normand Chouinard, Louise Bombardier, Pierre-Luc Lafontaine, René-Daniel Dubois, Jacques Allard) regala una actuación más que correcta, que arrastra al público al interior de la historia, al interior de la casa, a lo más profundo de la mente y sus miedos.
La mezcla de géneros, naciendo en el thriller y avanzando por sendas de cine de terror psicológico y retazos de fantástico resulta un gran acierto, pues hace más ameno el viaje a lo largo de sus casi dos horas de duración y va tejiendo, con cada vertiente la tela de araña que capta toda la atención.
La película busca en lo cotidiano para enraizar la inquietud, empatizando con facilidad el espectador con el protagonista. Busca en lo más común lo bizarro y en lo más normal lo ocultamente desviado. Claustrofóbica, onírica, sorprendente en su puesta en escena y en aquello que esconde el laberinto de su guión tras cada esquina, bajo cada recuadro del tablero de ajedrez que representa esta batalla entre la victima y sus captores.
La casa del 5150 de la calle de los Olmos, abre sus puertas y el viaje es, sin duda, recomendable.
- Enoch-
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