Valoración: 4/10
Semih Kaplanoglu dirige y escribe “Miel”, la tercera y última parte de la “Trilogía de Yusuf” tras “Huevo” (2007) y “Leche” (20088) habiendo obtenido con ella el Oso de Oro en el Festival de Berlín, así como nominaciones a los más diversos premios cinematográficos.
La película nos cuenta la relación de un padre y su hijo. El pequeño acaba de empezar el colegio mientras que, su progenitor, se dedica a la apicultura. Ambos se adentran, a menudo, en lo más espeso del bosque para colgar los colmenas de los más inmensos árboles hasta que, un día, las avejas desaparecen, el pequeño Yusuf tratará de averiguar lo que ocurre…
Poética, pausada, con un amplio uso (y abuso) del plano fijo lleva al espectador por parajes de extremo sosiego, lugares comunes de la vida rural. Sensible en el relato de la relación paterno-filial y tierna en la creación de atmósferas. Un poema visual no apto para todos los públicos.
Sus virtudes artísticas constituyen su mayor aliado y su peor enemigo, pues, como cualquier tipo de arte extremo, el sector de audiencia que puede disfrutarlo, se reduce. En “miel” pasan pocas cosas, muy pocas, y por muy hermosamente que se encuentren contadas, lo están en un largo metraje que si bien puede estimular la retina y sentimientos del espectador, también amenazan despertar el hastío y el más puro aburrimiento, con lo que camina, plano a plano, por el filo mismo del abismo del sopor. A título personal, me pudo más el tedio que el disfrute de su virtuosismo. Ladrillo.
- Enoch -
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