Año: 2014
Duración: 97 min.
País: Dinamarca
Director: Bille August
Guión: Christian Torpe
Música: Annette Focks
Fotografía: Dirk Brüel
Reparto: Ghita Nørby, Morten Grunwald, Paprika Steen, Danica Curcic, Jens Albinus, Pilou Asbæk, Vigga Bro, Oskar Sælan Halskov
Valoración:8/10
Tres generaciones de una misma familia se reúnen en el
apartado hogar de los abuelos, la casa junto al lago, retiro de paz. Mas poco
sosiego revestirá una reunión que gira en torno a la figura de la matriarca,
una anciana sobre la que muerte extiende sus inexorables garras en forma de letal
enfermedad y que quiere despedirse de cada miembro de la familia y decidir por
sí misma cuándo apagar su existencia de una forma digna. Tan controvertida
situación tendrá las emociones de todos los asistentes a flor de piel, y no
tardarán en, además de las melancólicas lágrimas y sonrisas, surgir las rencillas
subyacentes.
El afamado director danés Bille August, responsable de
éxitos como “Pelle, el conquistador”, “La Casa de los Espíritus” o “Las Mejores
Intenciones”, entre otros muchos, lleva a la gran pantalla, a través de un
guión de Christian Torpe, este retrato familiar, que más allá de diseccionar
con hábil lenguaje las relaciones entre
parientes, enfrenta sin miedo un tema tan controvertido como de eterna
actualidad como es el de la eutanasia. Su buen hacer le reafirma como el gran
director que es, y le abrió la puerta a “Silent Heart” a participar en la
Sección Oficial del 62 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde
una de sus protagonistas alzó el trofeo a la mejor actriz.
Pese a lo pequeño de su formato, la película tiene
diversos factores a destacar. Comenzaremos por una fotografía espectacular de
Dirk Brüel, que sabe sacar partido de los espacios abiertos con un preciosismo
fantástico, así como de los momentos más íntimos y concretos dentro del hogar.
Sumaremos un guión muy equilibrado que sabe no sólo dibujar con inteligencia el
abanico de personajes, sus trasfondos y claroscuros, sino que destaca en lo
equilibrado de las emociones que consigue transmitir, con la justa dosis de
humor alocado y el justo volumen de lágrimas para generar verosimilitud y
cercanía, sabe manipular al espectador, llevarlo a su terreno y sobrecoger su ánimo
con verdad.
Y por último, mas no por ello menos importante, está el
factor interpretativo, que en “Silent Heart” es simplemente brillante. Todos y
cada uno de los actores y actrices están sobresalientes en sus creaciones,
factor absolutamente necesario para que la narrativa resulte creíble y el
espectador pueda empatizar con ellos. No obstante me gustaría resaltar el
trabajo de dos de las actrices que me parecen especialmente llamativos. Por un
lado el de Ghita Norby, encarnando a esa madre y abuela nexo entre todos ellos
cuya vida se apaga. Su labor resulta impecable, tanto en su vertiente más
simpática como en la más desgarrada. Pero es una de sus hijas en la ficción,
Paprika Steen (“Celebración”, “Fear me not”, “Te quiero para siempre”, ect.)
quien realiza el trabajo más rico en matices. Su personaje es el que más
evoluciona, más cambia, más se arriesga, adapta y convence. El jurado del 62
Festival de San Sebastián le otorgó una muy discutida Concha de Plata a la mejor
actriz que causó controversia, pero que desde aquí aplaudimos, pues sin duda el
trabajo de Paprika es para quitarse el sombrero y nos convenció completamente.
“Silent Heart” es en conclusión, un pequeño drama
familiar magníficamente escrito e interpretado cargado de intensas emociones.
Recomendable para todos aquellos cinéfilos que gusten de cine cercano, que hace
pensar, y más aún, sentir.
Enoch
Trailer:
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